Foto: Tomada de Facebook
Texto: Manolo Vázquez
Resulta difícil pasar por alto la figura de Antonio Pacheco. Ni siquiera las intensas lluvias de la tormenta tropical Eta podrían borrar su nombre.
Imposible olvidar tres medallas olímpicas, 2356 hits, 284 jonrones, 1304 carreras impulsadas y sus 344 de promedio ofensivo.
Fue sin dudas uno de los mejores atletas cubanos del siglo pasado. De esos que se quedan entre nosotros para siempre y sin imposiciones.
El deporte de las bolas y los strikes va ligado a la idiosincrasia de los nacidos en esta Isla, más allá de lo que decidan hacer con su vida los protagonistas.
El legado del segunda base indómito e insustituible dentro de los equipos Cuba, campeón como pelotero y también como mánager con Santiago se puso en dudas, y de inmediato se encendieron las redes sociales, en medio del retraso del Juego de las Estrellas, programado para el pasado fin de semana y postergado a causa de la tormenta tropical Eta.
Ocurre que el Guillermón Moncada lució una errata durante los preparativos, pues sobre el banco de home club, entre varios nombres de glorias que lucieron los colores locales, faltó el de aquel legendario Capitán de Capitanes.
En respuesta los aficionados han propuesto una campaña que insta a todos los santiagueros a no olvidar al icónico número 6 oriundo de Palma Soriano.
El llamado popular es a lucir atuendos y carteles desde el primer momento que reabran los estadios durante el transcurso de la sexagésima Serie Nacional.
El torneo cumplió la mitad de su calendario clasificatorio, previsto para 75 desafíos, y las Avispas seguramente estarán en los cuartos de final si mantienen el buen paso que han mostrado hasta el juego 40.
Casualmente, la última vez que la oriental provincia organizó un Juego de las Estrellas fue en 2008, el mismo año que Santiago más adelante se alzó con su más reciente campeonato doméstico bajo la tutela del propio Pacheco como mánager.
No existe santiaguero vivo o cubano que no recuerde al Capitán de Capitanes. Quienes confunden el deporte con la política están cerca de poncharse sin hacer ni un solo swing en favor de preservar la rica historia del que ellos mismos han catalogado como “nuestro pasatiempo nacional”.
