Fotos: Cuba Noticias 360
Texto: Karla Castillo
La inauguración del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano estaba prevista para las ocho de la noche de este jueves tres de diciembre, en el capitalino cine Acapulco, y así sucedió.
El público fue recibido por la melodiosa voz de Zule Guerra, quien fue acompañada instrumentalmente por el conjunto Natural Trío, y así, los asistentes conocieron algunos de los temas que componen “El viaje”, más reciente fonograma de la cantante.
Como no podía ser de otra, Iván Giroud, presidente del festival, estuvo a cargo de las palabras inaugurales, con las que expresó el sentir del comité organizador del evento, sobre la muerte este 2020 de figuras relevantes dentro del mundo de la cultura cubana, entre ellas: Juan Padrón, Paco Prats y la actriz Broselianda Hernández; afirmó que a ellos está dedicada esta 42 edición que apenas comienza.
Desde que se confirmó que este año habría Festival de Cine de La Habana, la polémica se desató en cuanto a la pertinencia de realizar, o no, el evento en el contexto de pandemia y adaptación a la “nueva normalidad” que se vive actualmente.
Giroud, con su intervención en la gala, pareció contestar a dichos debates: “En medio de condiciones tan adversas, una fuerza mayor obligó a no ceder en el intento. La cultura, el cine, están en peligro y no es momento de posposiciones. Espacio que cedamos, lo ocupará la vulgaridad, mediocridad, el ante intelectualismo y la barbarie, en tiempos de pandemia no existe otra vía para encausar el desarrollo del espíritu humano que colocar a la cultura, que incluye a la ciencia, en el centro de esta encrucijada”.
Así, adaptada a los nuevos tiempos, esta edición nos llega en dos dosis, la primera es la que nos convoca ahora en diciembre, con la proyección de 92 filmes en categorías fuera de concurso, y la segunda, que será en marzo, sí se dedicará por completo a la competencia por los premios Coral.
Para arrancar con las proyecciones, en la inauguración se efectuó, además, la premier de la copia restaurada de La última cena, de Tomás Gutiérrez Alea, por el Archivo de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Los Ángeles en coordinación con la Cinemateca de Cuba y el Instituto Cubano del Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC).
Este es el quinto título de Gutiérrez Alea restaurado por la Academia estadounidense, antecedido por los largometrajes de ficción La muerte de un burócrata (1966), Una pelea cubana contra los demonios (1971) y Los sobrevivientes (1979), así como el cortometraje documental El arte del tabaco (1974).
Entonces, oficialmente los cinco cines de La Habana que participan en el festival ya están recibiendo al público. Tickets en mano, son varias las personas que coronavirus aparte, sí van a disfrutar de la gran pantalla. Resta esperar que realmente se cumplan las medidas de protección en cada local, y que las películas seleccionadas para su proyección valgan el riesgo.
