Foto tomada de El economista
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Como siempre sucede en esta época del año y tras las lluvias recientes, miles de cangrejos emprenden su ruta migratoria para el apareamiento en la costa sur de la región central de Cuba, lo cual provoca un fenómeno sui géneris: una marea roja de estos crustáceos cubre la carretera que conecta las ciudades de Trinidad y Cienfuegos.
Las imágenes inundan por estos días las redes sociales con mensajes que van, desde el deslumbramiento con tan insólito espectáculo, hasta la advertencia a las autoridades, que deben tomar cartas en el asunto, como si se pudiera regular por decreto un proceso natural.
“Yo aconsejo a los conductores que pasen suave por este tramo, porque cuando los cangrejos ven que se acerca la goma del carro se apartan, las puntas de las muelas son duras, se entierran en las gomas y se ponchan”, declaró un chofer a la radio local.
“Los tramos de Yaguanabo, Río Hondo y Cabagán son donde más se ven, nosotros los choferes tenemos que ser precavidos, porque a veces pasamos a exceso de velocidad y eso puede traer un accidente”, recalcó otro.
Precaución por parte de los conductores es lo único que puede evitar en alguna medida que cientos de crustáceos terminen aplastados bajo los neumáticos, pues la migración de esta especie desde los bosques hacia la costa para el apareamiento es un fenómeno que ha venido sucediendo desde mucho antes que el hombre decidiera construir una carretera justo en ese lugar.
Especialistas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) advierten año tras año que el amanecer y el atardecer son los momentos del día en que los animales emprenden viaje en grandes grupos, por lo que sugieren evitar el tránsito por esta vía en esos horarios.
Esta especie, conocida como cangrejo de tierra o cangrejo zombie, habita en varios países del Caribe y es parte indispensable del paisaje, no solo en el trayecto de Trinidad a Cienfuegos, sino también en otros parajes de la isla como la Ciénaga de Zapata.
Aunque el cangrejo rojo no se utiliza para el consumo humano, los científicos defienden su conservación desde el punto de vista ecológico, pues sirven de alimento a otras especies terrestres y marinas.
De acuerdo con los expertos del Citma, este crustáceo no está apto para el consumo humano, pues su color rojo característico se debe a la acumulación de tungsteno, metal pesado que pudiera alojarse en el organismo de por vida.
