Foto: Jorge Luis Borges
Texto: Hugo León
Una parte significativa del monumental Cementerio Santa Ifigenia, que incluye el Mausoleo a José Martí y las tumbas de otros ilustres patriotas como Carlos Manuel de Céspedes, y de Fidel Castro, permanecerá cerrada al público temporalmente.
Según la directiva de la institución, en esta área del camposanto conocida también como el “Altar de la Patria”, se desarrollarán acciones constructivas.
Rafael Pacheco Álvarez, director de la necrópolis santiaguera, explicó en una nota que se trata de una reparación capital en el área y que desde el 13 de febrero están suspendidas las visitas a esta, además de no prestarse los servicios por los museólogos.
Según Álvarez en resto de las actividades del cementerio, como la inhumación, la exhumación, la cremación de restos óseos y la atención a la población, se mantienen como de costumbre.
Una vez concluidas las labores constructivas se reiniciarán las actividades habituales en esa parte del cementerio, informó el directivo.
El texto, publicado en el medio estatal santiaguero Sierra Maestra, no da un estimado del tiempo que tardarán estas obras ni explica qué tipo de “labores constructivas” se llevan a cabo en la parte monumental del camposanto.
Santa Ifigenia y el Altar de la Patria
El Cementerio de Santa Ifigenia, inaugurado en 1868, es el segundo más importante de Cuba y en él descansan los restos de personajes importantes de la historia de Cuba.
Está considerado como una joya del arte funerario y en 1937 fue declarado Monumento Nacional, condición ratificada en 1979 por la magnitud y belleza de las obras escultóricas que guarda, así como por lo imprescindible de los nombres que allí descansan para la historia de la Patria.
Una parte importante de los mártires de varias guerras de independencia de Cuba se encuentran allí, por ejemplo la mayoría de los generales de las guerras contra España, y cubanos ilustres como Tomás Estrada Palma, Compay Segundo, Emilio Bacardí, Perucho Figueredo y muchos otros.
En el caso del Altar de la Patria, visitado por decenas de miles de cubanos y extranjeros al año, destaca el Mausoleo al Héroe Nacional, José Martí, inaugurado en 1951.
Las cenizas del Apóstol descansan sobre un puñado de tierra de cada país de América en una estructura con forma hexagonal construida de forma que la luz del sol ilumine la tumba durante todo el día.
El solemne cambio de guardia efectuado cada media hora por jóvenes reclutas ataviados con uniforme de gala es otra de las cosas más llamativas de esta parte de la necrópolis, así como la tumba de Fidel Castro, un modesto monolito con formas redondeadas y una inscripción que dice solamente “Fidel” que visitan miles de personas cada año.
