Texto: Darcy Borrero
El Gobernador de Florida, Ron DeSantis, declaró esta semana—y ya es popular en Twitter— que el estado prohíbe a mujeres trans competir en deportes femeninos: “nos basaremos en la biología, no en la ideología”, dijo.
No fue un palabreo político sino que DeSantis firmó el primer proyecto de ley explícitamente anti-LGBTQ desde 1997. En este entorno, la saeta apunta a los jóvenes trans, que de por sí “ya son los más propensos a ser acosados, marginados y a vivir en riesgo de suicidio”, puntualizó en su página web Equality Florida (EF), la “organización de derechos civiles más grande dedicada a asegurar la igualdad total para la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero y queer (LGBTQ) de Florida”.
Añadió que sus integrantes “necesitan nuestro amor y apoyo más que nunca”.“Necesitamos urgentemente recaudar un Fondo de Defensa de Emergencia de 50,000 dólares para luchar contra esta horrible ley por cualquier medio necesario”, destacó.
En el mismo espacio, Equality Florida cuestionó este primer proyecto de ley anti-LGBTQ en Tallahassee desde 1997, así como la postura del gobernador Ron DeSantis: “dice que está orgulloso de seguir el ejemplo de estados ultraconservadores como Mississippi al firmar esta odiosa legislación”, denunció EF.
Aseguró que “esta es la ley más cruel y anti-LGBTQ aprobada desde el día en que formamos Equality Florida en 1997”, en tanto prohíbe que los niños trans desde la escuela secundaria practiquen deportes.
Entre los comentarios a un post de Facebook que amplifica la denuncia civil, la usuaria Rita Burdo escribe: “En este punto solo puedo instar a todos los niños a NO practicar deportes escolares en protesta. No te consigue nada de todos modos. Los deportes universitarios son el epítome del capitalismo que sólo buscan enriquecer las escuelas y redes deportivas, no los estudiantes atletas”.
Barbara Burdick por su parte indica que “la participación deportiva en el nivel de secundaria debería basarse en la capacidad de jugar bien, independientemente de la identificación de género”. Es enfática al explicar que los niños pequeños solo necesitan disfrutar jugando basándose en el permiso de sus padres: “el gobierno debe mantenerse fuera de las cuestiones de género”.
“Realmente creo que todo el mundo merece ser amado y apoyado, sin importar sus diferencias”, destaca Gary Hechler. Sin embargo, dice el usuario que le cuesta decir que “una chica trans es físicamente lo mismo que una mujer en determinados deportes. Ahora estamos hablando de becas y esperanzadores olímpicos. Nunca nadie, los transexuales incluidos, debe ser intimidado o degradado —igualdad de derechos para todos. Pero tengo dificultades con el problema deportivo específicamente. No parece justo”, fue su argumento.
En Twitter, el usuario Jesús Monge dijo que en la National Collegiate Athletic Association (NCAA) ha visto a “varios hombres competir contra mujeres”. Opina que es grosera la diferencia: “tipos de 190 compitiendo contra niñas de 160”. Y apela en cierto modo al feminismo transexcluyente al decir: “creo que es hasta peligroso para las mujeres, se deberían de unir y rehusarse a ‘competir’ en esa disparidad (contra chicas trans)”.
No obstante, los comentarios de rechazo a la nueva norma alcanzaron un alto tono político. Algunos usuarios llegaron a decir frases como estas: “él (De Santis) es Trump; es el segundo hombre más vil en Florida”. En ese sentido, muchos valoran que esta medida divulgada el segundo día del mes del orgullo LGBTI+ es una estocada a la comunidad.
Equality Florida pide —como forma de contrarrestar los tempranos efectos de la medida— ayuda inmediata para recaudar $50,000 para su Fondo de Defensa de Emergencia. “Por favor, haga una donación hoy para ayudarnos a luchar contra esta nueva ley espantosa por cualquier medio necesario y proteger a los niños trans en Florida”, declaró.
El debate sobre la identidad de género de los niños es uno de los más polémicos en torno a la comunidad LGBTI+. De acuerdo con una guía de Human Rights Campaign Foundation y la Academia estadounidense de pediatría, los conceptos erróneos sobre niños transgénero impiden el apoyo que estos necesitan y las consecuencias pueden ser lamentables.
“Los niños transgénero tienen mucho en común con los adultos transgénero, sin embargo, por su edad y la falta de conocimiento de la gente sobre sus experiencias, existen diferencias importantes en la forma de apoyar de las familias, comunidades y profesionales”, se lee en el documento, que ademas explica cuan importante es el rol de la familia y el apoyo comunitario para la transición de género de los niños.
“Los padres y apoderados deben trabajar de manera conjunta con los terapeutas y médicos para planear la transición. Necesitan también defender al menor en transición en la escuela, con los familiares y en otros ambientes. Es importante además afirmar y apoyar al menor a través de los obstáculos que se presenten en el camino como el acoso, el sentirse ‘diferente’ en cuanto a sus compañeros o ser excluido de actividades sociales.
De ahí que normas como las que defiende DeSantis no se correspondan con la necesidad de garantizar un entorno adecuado a los menores trans y así favorecer que, como Jazz Jennings, desde los primeros años de vida estén listos para contar sus historias de transición.
En 2007, con solo seis años de edad, Jazz se encontraba entre los primeros y más jóvenes niños transgénero que compartieron con una audiencia nacional sus experiencias. “Aunque su sexo asignado al nacer fue masculino, Jazz se identificó como una niña desde muy temprano y se lo manifestó a sus padres de manera clara”, atestigua la guía de apoyo y atención para niños (y niñas) transgénero. “Cuando vivir como un niño se volvió intolerable para Jazz, sus padres la ayudaron a lograr una transición de género en el ámbito social; cambiando su nombre, vestimenta y los pronombres para reflejar su identidad femenina. Jazz se ha convertido en una joven que se siente orgullosa de su identidad transgénero y aboga por todos los jóvenes como ella. Jazz reconoce que su niñez fue segura y saludable gracias al trabajo de sus padres y el cuidado de muchos adultos de su comunidad”.
