Foto: Jorge Luis Borges
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Actualmente, encontrar cualquier variante de cítrico en Cuba es tarea compleja. Saber dónde encontrar solo es una parte de la batalla, la otra es que el precio en que los consigas esté dentro del presupuesto trazado.
Una libra de limón ha escalado desde 15 o 20 pesos (que de por sí ya era bastante) a 50 y hasta 85 pesos. Tenerlo hoy es un lujo que solo consigues en el “mercado negro”.
La mandarina, otro ejemplo, estuvo tiempo sin verse. Las ultimas semanas ha sido menos esquiva, pero igual a un precio bastante elevado: entre 30 y 40 pesos la libra. A la naranja mejor ni mencionarla.
Un reporte reciente de la Agencia Cubana de Noticias da cuenta del “considerable descenso en el cultivo citrícola” en el país, lo que ha provocado la insatisfacción de la demanda y, por ende, los altos precios de los mismos.
Según datos del ministerio de la Agricultura, citados en el texto, en 2020 el inventario de las plantaciones de cítricos era de unas 11 mil 907 hectáreas (ha), una cifra dramáticamente inferior a estadísticas de hace unos años, por paradójico que pueda sonar.
En 1990 el espacio total de cultivos superaba las 100 mil ha y la producción llegó a más de un millón de toneladas, con las provincias de Ciego de Ávila, Pinar del Río y el municipio especial Isla de la Juventud, a la cabeza de este logro.
La década de los 80, esa que recuerdan muchos cubanos como el mejor momento del país, existían cifras de consumo per cápita nacional sobre los 25 kilogramos anuales y exportaciones a los países socialistas de Europa del Este que alcanzaron las 200 mil toneladas.
No obstante, según el reporte, situaciones como la caída del campo socialista, provocaron la escasez de divisas para importar los insumos necesarios para el proceso productivo, agrícola e industrial de los cítricos.
A esto se sumó más adelante el bloqueo económico de Estados Unidos, el agotamiento de los suelos tras años de explotación, las plagas y los fenómenos naturales, principalmente sequías y huracanes.
De acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, en 2003 la superficie cultivada disminuyó a 69 mil ha, y la producción no superó las 800 mil toneladas.
Más adelante, en 2006, se detectó en las plantaciones la presencia de la HLB (Huanglongbing), una enfermedad fatal para los cítricos que obligó la eliminación de las plantas afectada y la siembre de nuevas posturas.
Para 2010, la acción combinada de estos factores hizo disminuir el volumen de áreas de cítricos a 43 mil hectáreas. Tres años después, la producción había decrecido hasta 166 mil 900 toneladas.
Desafortunadamente, la solución a este problema no parece inminente. Especialistas del Grupo Empresarial Agrícola dicen que para renovar cada hectárea se necesita alrededor de cinco mil dólares para la compra de sistemas de riego y posturas certificadas.
Hasta qué punto el gobierno esté en condiciones de gastar este dinero, no lo sabemos. Pero lo que sí es evidente es que el sector citrícola y otros rubros de producción alimentaria en el país necesitan un empuje para ver si bajan los precios y sube el volumen de comida en Cuba.
