marzo 28, 2024
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Como el ave “Fénix”, Acosta Danza regresa al escenario habanero

Fotos: Jorge Luis Borges

Texto: Jorge Suñol Robles

Después de meses de ausencia por la COVID-19, volvió ayer al Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso la compañía Acosta Danza, dirigida por el reconocido bailarín Carlos Acosta, esta vez con el espectáculo Fénix, el cual forma parte de la celebración por el quinto aniversario de la agrupación.

“Esta oportunidad de reunirnos cuando el año termina la vamos a tomar como un nuevo punto de partida. El 2020 será recordado como el año en que nos obligaron a parar. La vida nos ha colocado ante el valor real de cada cosa, hemos aprendido a valorar el tiempo. Ha sido muy difícil pero también aleccionador. Desarrollamos nuestras facultades para sobrevivir; hemos sido más responsables y solidarios”, expresa Acosta en las palabras de presentación de la temporada.

Los noches del 10, 11 y 12 de diciembre, suben a la Sala “García Lorca” de este hermoso coloso, tres piezas que muestran las potencialidades de sus bailarines, capaces de asumir desde la técnica más clásica hasta las tendencias más contemporáneas. El cruce sobre el Niágara, Soledad y Mundo Interpretado, conforman Fénix, que como su nombre lo indica, resalta esa voluntad de resurgir y avanzar a pesar de las adversidades.

“Es el símbolo perfecto del recomienzo, de la resiliencia, de la purificación y la inmortalidad. En este mito queremos inspirarnos para seguir trabajando y también para rendir homenaje”, añade Carlos Acosta.

La compañía dedica estas funciones a la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, quien este diciembre cumpliría 100 años, y ha sido la más grande impulsora del ballet cubano. Además quiere rendir tributo y recordar a figuras que se marcharon físicamente en el 2020. Tal es el caso del historiador de la ciudad de La Habana, Eusebio Leal; la vedette Rosita Fornés y el realizador Juan Padrón, quien nos dejó Elpidio Valdés, el mas popular de los animados cubanos.

Desde principios de año Acosta Danza no se presentaba en los escenarios, producto a situación sanitaria provocada por la pandemia, pero bailarines, coreógrafos y todo el equipo, no detuvieron su espíritu creador y transformador, en búsquedas de fórmulas certeras y arriesgadas que le han otorgado al grupo un sello distintivo, donde sobresale la capacidad interpretativa de sus bailarines y su versatilidad, así como el intencionado repertorio en todas sus temporadas. 

Si algo une a esta tres piezas del programa, más allá del buen trabajo coreográfico, con nombres como los de Marianela Boán, Rafael Bonachela y Juliano Nunes, es el lenguaje simbólico, que apoya los conceptos de libertad, la aventura, la soledad, la belleza en cosas sencillas y por supuesto, la cubanía, esta última más latente en Mundo Interpretado. 

La premisa está clara: “Es tiempo de volver a vivir”, refiere el catálogo de la temporada. Acosta danza sabe llegar al corazón del público, sabe de finales exactos, momentos de necesario silencio, momentos de tensión y fuerza. Por eso, Fénix hay que ir a verla y disfrutarla, y aplaudirla, esos aplausos que estos artistas dedican al personal de la salud que enfrentan el nuevo coronavirus en Cuba.

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