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Dos miradas a una misma semana

¿Cómo se vivió Semana Santa en Cuba y España?

Fotos: Manuel Larrañaga y Jorge Luis Borges

Texto: Karla Castillo y Yanelys Hernández

En Cuba, la Semana Santa no se vive con el mismo fervor que en otros países latinoamericanos o del mundo en general. La isla ha tenido sus particularidades históricas vinculadas a esta celebración y a la religión, específicamente luego de triunfo revolucionario del 59 con las relaciones tensas entre la Iglesia y el Estado, y la prohibición de estas celebraciones. No fue hasta 1998 que el expresidente Fidel Castro las autorizara nuevamente.

Para muchos trasciende como otra fecha del calendario sin relevancia y es recordada únicamente por ser la semana en que gracias a la visita del Papa Benedicto XVI en el 2003, el Viernes Santo es feriado nacional.

Cuba en sí es un país laico, donde conviven distintas prácticas religiosas. Te puedes encontrar estampitas de santos, crucifijos o evidencias de la cultura yoruba. Para la comunidad católica en diócesis y parroquias, sí se trata de una celebración importante.

Con la llegada de la pandemia a la isla, el festejo de la Semana Santa para los creyentes cubanos tuvo que readaptarse como tantas otras esferas de la vida, incluso apoyarse en las bondades de Internet y otros medios de comunicación para hacer masivas las misas y otras actividades.

Así sucedió en 2020 y también este 2021, donde el Secretariado de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, informó la programación dentro de la que destacó la transmisión por la televisión nacional de sermones y las alocuciones radiales de obispos en las emisoras provinciales de sus diócesis.

Asimismo, todos los días de Semana Santa el templo del Sagrado Corazón de Jesús permaneció abierto desde las 8:30 de la mañana hasta terminados los oficios de la tarde, compartiendo la oración matutina; el Domingo de Ramos ofreció la celebración eucarística y la bendición del guano; el Viernes Santo se efectuaron los oficios de Pasión y el Santo Viacrucis; el Sábado Santo tuvo lugar el Soliloquio a María en su soledad, y hoy, la Solemne Vigilia Pascual del Domingo de Resurrección y la Celebración de la Eucaristía en la Resurrección del Señor.

Para muchos otros cubanos, del 28 al 3 de abril, fue una semana como otras, pero marcada por la entrada de un nuevo frente frío que provocó inundaciones en el litoral costero de la Habana; también por el nuevo récord de casos diarios de contagio de Covid-19, con la cifra 1051 infectados.

Por otra parte, la tradición de no comer carne roja el viernes santo sí pareciera ser cumplida en los hogares y dieta del cubano, en medio de la agudizada crisis económica que vive el país, donde los precios de la carne en los mercados informales andan por los cielos y el pollo se postula como líder en el menú familiar. Desde esta perspectiva, todos los días podrían ser viernes santo, para el cubano de a pie.

Mientras tanto, en la nación ibérica…

España, uno de los países europeos con más tradición católica junto a Italia y Francia, ha vivido esta Semana Santa marcada por la pandemia y un recrudecimiento de las restricciones. El auge de casos que lo ha situado en los últimos días nuevamente en el foco de las naciones con más fallecidos y contagios por la Covid-19 no ha aminorado a los fieles que, aunque con aforo limitado, aprovechan para rendir tributo y más que nunca, elevar sus oraciones debido a la situación de alarma que ha generado la crisis del coronavirus.

Iglesia de la Virgen del Carmen, Madrid.

Por segunda vez consecutiva se vive esta fecha tan importante y esperada en el calendario español en medio de la crecida de casos; ahora, además, ante el aviso de una posible cuarta ola. Y aunque cada comunidad le impregnó, como es habitual, sus propias tradiciones y limitaciones, las filas en las afueras de los templos parecían interminables lo mismo en Andalucía que en la capital madrileña. Las vistosas procesiones tampoco fueron posibles este año, y el cierre perimetral limitó los viajes entre comunidades e incluso algunas estaciones de metro del corazón de Madrid estuvieron cerradas durante los feriados en los horarios de 7:00 a 9:00 pm.

Desde el domingo de ramos hasta el de resurrección se respiró el misterio de pascua en la nación ibérica. Las calles de la capital se inundaron de mendigos, acciones solidarias en sitios de alimentación, los clásicos huevos de pascua y por momentos -jueves y viernes santos, días festivos nacionales- parecían volver a la efervescencia de aquellos tiempos pre-covid cuando costaba caminar por barrios como Sol.

En condiciones de normalidad los tambores y los cientos de personas acompañando las procesiones hubieran reafirmado el sello identitario de esta jornada. No obstante, las instituciones religiosas tuvieron que optar por exponer en parroquias las imágenes de sus santos e invitar a los creyentes al peregrinaje en distintas sedes, haciendo así un llamado a la cautela, sin dejar de lado la oración. Lo cierto es que los españoles han demostrado que cuando el virus dé tregua, vivirán una Semana Santa a todo su esplendor; sin embargo, eso aún parece un futuro lejano en tanto el ritmo de vacunación se ha desplomado justo en Semana Santa.

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