Texto: Redacción Cuba Noticias 360
La mañana de este sábado, La Habana amaneció con un acto multitudinario convocado por el gobierno cubano para “defender la Revolución” en La Piragua, muy cerca de la embajada de Estados Unidos en el país.
Desde el viernes comenzaron los preparativos de esta acción que hoy presidió el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, acompañado por Raúl Castro.
Arenga revolucionaria – incluidos coros del siglo pasado como ¡Pin Pon fuera, abajo la gusanera! -, carteles y banderas del 26 de julio y cubanas formaron parte de esta “iniciativa” que podría costar más cara de lo que se cree.
Cuba vive un pico pandémico con un aumento de casos que no acaba de aplacarse, reportando más de seis mil nuevos contagios por COVID-19 cada día de la última semana.
El propio gobierno, a principios de año, suspendió movilizaciones de peso simbólico, como la Marcha de las Antorchas y el Día de los trabajadores, precisamente por la situación sanitaria. En aquel momento reportábamos alrededor de mil casos.
Por si fuera poco, en el programa Hacemos Cuba del pasado miércoles 14 de julio funcionarias del ministerio del Interior y la Fiscalía General de la República aseguraron que participantes e “instigadores” de los sucesos del 11J serían procesados por la ley con el agravante de desarrollar acciones multitudinarias en un momento sanitario delicado.
Siguiendo esta línea, el acto de esta mañana, más que reafirmación revolucionaria, también podría ser visto como una irresponsabilidad del Estado cubano.
Si bien La Habana no atraviesa un momento en extremo complejo de la pandemia, sobre todo en comparación con Matanzas y otras provincias del centro y oriente del país, la capital reporta más de 500 casos, tampoco es una cifra a despreciar.
El propio Díaz-Canel reconoció que esta convocatoria podría parecer delicada en medio de este momento, pero que se cumplían las medidas sanitarias y distanciamiento físico “en la medida de lo posible”.
A pesar de esto, era “necesario” reunirse para denunciar el “bloqueo, la agresión y el terror” de un “enemigo” que ha vuelto “a atacar” de nuevo, expresó el presidente.
Además, el acto también tuvo su dosis de confrontación, con un señor que llegó expresando Patria y Vida y emitiendo sus criterios, por lo cual fue acallado y violentado.
