Foto: Federación Internacional de Judo
Texto: Hugo León
El estelar Andy Granda conquistó la primera medalla de oro para la selección cubana que participa en el Mundial de Judo de Tashkent, tras varias jornadas de pobre desempeño del equipo antillano en esa ciudad de Uzbekistán.
Granda venció en la final de la división de más de 100 kilogramos al japonés Tatsuro Saito, de tan solo 20 años de edad, hijo del doble medallista de oro olímpico y campeón mundial Saito Hitoshi, considerado uno de los más prometedores judokas nipones.
El cubano decidió el enfrentamiento por Ippon, concedido por lograr apoyar la totalidad de la espalda de su contrincante en el tatami tras la proyección.
Antes de ese combate, Granda venció al holandés Roy Meyer, de 31 años, bronce mundial en Tokio y oro en los Grand Prix de 2015 y 1017. Además derrotó al campeón mundial de 2018, Guram Tushishvili, al austriaco Daniel Allerstorfer, campeón nacional en varias ocasiones y al húngaro Richard Sipocz, doble medallista junior europeo en 2020 y 2021, todo lo cual permite hacerse una idea del nivel de la competencia.
El podio lo completaron con la plata el japonés Saito y con medallas de bronce el georgiano Tushishvili y Kim Min-jong, de Corea del Sur.
Cuba obtuvo así su primer oro en el campeonato y la mejor actuación individual hasta el momento, pues de forma general, solo había alcanzado un quinto y un séptimo puestos entre los resultados.
Otra figura cubana de renombre, Idalys Ortiz, quedó en el camino en la división femenina de más de 78 kilogramos.
Ortiz cayó frente a la brasileña Beatriz Souza, que a la postre se hizo con la medalla de plata frente a la francesa Romane Dicko, que ostenta tres títulos europeos, bronce individual en Tokio 2020 y oro en equipos mixtos.
La estelar cubana es una de las atletas con más lauros en la historia de ese deporte, y ostenta el número 13 del ranking mundial, más en la justa de Tashkent quedó séptima.
Entretanto, la medalla de oro de Andy Granda colocó a Cuba en el octavo lugar de la clasificación por países, tabla dominada por Japón, Brasil y Uzbekistán. Además, limpió la honrilla de las delegaciones cubanas de judo, al impedir que se repitiera lo sucedido en los mundiales de Lucha y de Atletismo, donde Cuba quedó sin medallas.