Foto: Roy Leyra | CN360
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
En medio de una desestabilidad económica y una pandemia que no parecen tener fin, el ministro de Salud Pública de Cuba, José Ángel Porta, reconoció que el 2021 fue de los peores años de este sector en el país.
Sin saber los datos del ministro (aunque luego confirmen esta impresión), no es difícil arribar a esta conclusión, teniendo en cuenta las crecientes demandas de la población por el estado de los hospitales y el crítico desabastecimiento de distintos medicamentos.
A esto se suman, también, los reclamos del personal de la salud, agotado y en ocasiones hasta sin implementos como guantes para trabajar.
No obstante, el principal factor negativo y un “catalizador” del resto de los problemas previos que podría presentar el sistema de salud cubano, fue la llegada del coronavirus.
Así lo confirmó Portal durante la presentación de su informe anual ante las autoridades del Partido Comunista (PCC): el 2021 “fue un año difícil marcado por la pandemia”.
“En estos dos años de enfrentamiento a la epidemia provocada por la COVID-19, el sistema nacional de Salud ha afrontado múltiples desafíos. Las lecciones de este periodo no pueden ni deben olvidarse”, dijo.
Recordó cuán complejo fue el inicio del pasado año, tras la entrada al país de la variante delta, cuyo mayor pico se produjo en los meses de julio y agosto.
El ministro reconoció que aún cuando no se detuvieron los principales programas de salud en el 2021, la crisis agudizada por la pandemia y “al recrudecimiento del bloqueo económico, financiero y comercial” de Estados Unidos, impactaron “sensiblemente en la disponibilidad de recursos y en indicadores de salud de la población”.
Durante el 2021 aumentó el número de muertes en todos los territorios del país, especialmente de personas mayores de 60 años.
Igualmente, la COVID-19 incidió negativamente en las tasas de mortalidad infantil y materna.
El ministro reconoció que las ineficiencias organizativas del sector “que han llevado a afectaciones de la atención de los pacientes y que ha repercutido en la satisfacción de la población”.
“Hemos tenido dificultades con el programa de medicina familiar, sobre todo con la inestabilidad de los recursos, la calidad de la atención, la resolutividad en los consultorios y el funcionamiento de los grupos básicos de trabajo. Existe un prolongado tiempo de respuesta ante las emergencias sanitarias, entre otras causas por la insuficiencia en la explotación del transporte sanitario y el bajo coeficiente de disponibilidad técnica”, detalló.
Además, también se refirió a las faktas en la gestión hospitalaria.
“En los hospitales no se logra cubrir la demanda de los servicios electivos, debido fundamentalmente a las medidas adoptadas para el control de la pandemia, al déficit de recursos médicos, organizativos y al incumplimiento de algunos servicios con brechas en la seguridad de atención al paciente”, continuó.
El ministro también llamó la atención sobre “el incremento sostenido de las faltas y bajas coberturas de medicamentos, insumos médicos, diagnosticadores y material gastable” así como, a “los problemas en la infraestructura tecnológica, obsolescencia y rotura de equipos”.
