Fotos: Jorge Luis Borges
Texto: Karla Castillo
No por gusto La Habana fue nombrada en 2018 como Capital Iberoamericana de la Coctelería, durante la Feria Internacional de Turismo en Madrid. Desde hace siglos Cuba produce algunos de los rones y aguardientes más finos del planeta, si a ello se le añade la variedad de frutas disponibles, más la gran tradición en el oficio del barman y la cultura de la población en cuanto a bebidas, el resultado es un menú de cocteles que resuena en el mundo entero.
Si bien hay muchos conocidos, existen tres que son los más famosos por sus ingredientes, el sabor, la historia que hay asociada a ellos, y porque, al degustarlos, brindan un gusto a trópico que pocos pueden igualar. Hoy te acercamos un poco más a ellos…
Daiquirí
¿Quién no sabe de Ernest Hemingway y su pasón por el daiquirí? Ese más que conocido coctel, uno de los favoritos del enigmático escritor, es muy refrescante, y es tal su fama, que según el ranking de Drinks International, es el cóctel de ron más pedido en los mejores bares del mundo, y ocupó en este 2020 el tercer lugar de The World’s Best-Selling Classic Cocktails.
Hemingway tenía su propia mezcla, conocida como Papa Hemingway, en el bar habanero Floridita. Allí, después de crearse la receta del trago por los trabajadores de una mina cercana a la ciudad de Santiago de Cuba en el siglo XIX, esta fue perfeccionada y es ahora el Floridita conocido como el mejor lugar para tomarse un daiquirí.
Mojito
Vuelve a coincidir el escritor con otro de los más singulares e internacionales cocteles cubanos. Solía decir “My mojito in La Bodeguita, my daiquiri in La Floridita”, y es que este trago es a La Bodeguita del Medio, lo mismo que el daiquirí al Floridita.
El mojito ha sido coronado como uno de los predilectos tanto en Cuba como en el extranjero, en The World’s Best-Selling Classic Cocktails fue el número 9 este año, y en los bares cubanos es una constante.
Su origen tiene varias versiones, algunos le dan el mérito al corsario inglés Sir Francis Drake, quien supuestamente lo ideó para aliviar el calor; otros dicen que se remonta a la época de la Ley Seca en Estados Unidos, cuando Cuba era una especie de bar libre para los norteamericanos. Como sea, lo cierto es que es un legado muy popular e identitario.
Cuba libre
Si habría que coronar un rey de fiestas en la Mayor de las Antillas, el Cuba libre sería un perfecto candidato. Es muy fácil de preparar y el sabor es más que gratificante.
Su surgimiento se ubica por allá cerca del año 1900, pero hoy, se encuentra disponible en cualquier bar de La Habana, y la preparación es tan sencilla, que no hace falta siempre salir de casa para conseguirlo: se llena un vaso alto con cubos de hielo, se agrega el ron y el refresco, las gotas de limón y una o dos rodajas de limón. ¡Listo!
En 2020 no aparece en la lista de The World’s Best-Selling Classic Cocktails, pero qué importa, si su popularidad va un tanto más allá de lo imaginable y ya desde su nombre, tiene el poder de teletransportar a cualquier lugar que signifique cubanía.