enero 13, 2025
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Banda madrileña New Wave Kill: “Cuando escuchas Cuba sientes en la cabeza una música propia”

Foto: Cortesía de Esmerarte

Texto: Michel Hernández

Felipe bromea con Lulia mientras apuran una taza de café con leche en una cafetería del barrio madrileño Malasaña. “Ella es de Transilvania y sumó sus influencias a la banda”, dice. Lulia ríe y asienta con la cabeza y los ojos maquillados de negros. Ambos son pareja y son también los líderes de New Wave Kill, una banda madrileña que acaba de publicar su álbum debut, Stitches For The Soul con el que vienen pisando fuerte en las arenas del underground español.

Conversamos en “El Gato”, una emblemática cafetería del barrio Malasaña un sábado al mediodía. Felipe Vein y Lulia Reicha terminan “el desayuno” y yo me pido un “cortado”. El vocalista y compositor de la banda viste de riguroso negro y la tecladista lleva un vestido blanco con ribetes oscuros. Los músicos están muy satisfechos con el resultado del álbum, publicado en 2024 por la agencia Esmerarte.

“Llevamos trabajando en el disco casi tres años. Lo grabamos durante la cuarentena cuando formamos la banda y luego llegó el momento de comenzar a tocar. Al trabajar con Ola Ersfjord como productor (Tribulation, Primordial, Lucifer) cambiamos algunas canciones. Hasta llegar al producto que tenemos ahora hubo muchos cambios. Ha habido también canciones nuevas que han nacido en el proceso. La verdad es que estamos bastante contentos con el resultado”, dice Felipe.

La banda se mueve en este disco entre el post punk y el rock gótico. Son nueve canciones en las que escucha el sonido de una maquinaria bien ajustada y con ganas de comerse el mundo, impulsadas por las múltiples posibilidades de la voz de Felipe, que le otorga un sello distintivo a la agrupación.

En una de las canciones el vocalista pide una razón para vivir. Para ser él mismo. Suena como un grito de auxilio, como el grito de una persona asida a la última esperanza. El cantante dice que esa razón la encontró en la música.

“La música es mi razón para vivir. Yo antes tenía una vida totalmente diferente. Estaba estudiando ingeniería mecánica, iba en el camino a acabar en un trabajo normal, con una vida normal.  En ese proceso conocí a Lulia, y ella me cambió la perspectiva totalmente. Me empujó a perseguir el sueño de la música que en ese momento tenía como un hobby. Me gustaba componer canciones y la verdad es que la decisión que tomé me cambió radicalmente”, agrega el frontman.

Felipe explica razón que lo llevó a aparcar el futuro de una vida “normal”. “Dejé todo lo que estaba haciendo y me dediqué completamente a la música. Me busqué un trabajo más sencillo para tener tiempo para estar disponible para esto. He cursado un master de producción musical y luego el proceso de montar la banda fue una rueda en la que todo fue saliendo bastante rápido. Fui a grabar a un sitio, conocí gente con la que empezar a tocar y hemos ido avanzado hasta el punto que estamos ahora”, explica.

Lulia, la tecladista, fue la inspiración para armar el grupo, añade. “También la inspiración de varias de las canciones que compuse”, comenta.

Lulia es una artista nacida en Rumania que se mueve como pez en el agua en diferentes vertientes del arte y la música. Tiene experiencia como dj en el “under” de la electrónica europea, en la edición y en el mundo de la fotografía.

“Llevó muchos años en el mundillo de la música, pero como Dj. Mi tía es profesora de música. Escucho muchos géneros por lo general. Cuando oí la voz de Felipe y sus canciones me di cuenta que algo interesante debía salir de ahí. Hay líricas muy bonitas y con una gran fuerza emocional”:

La pareja de músicos coloca sobre la mesa su declaración de principios. “Siempre quisimos ir contracorriente”, coinciden. “Precisamente lo de “New Kill” es por matar la nueva ola, por ir en contra de lo que se está haciendo ahora mismo sin originalidad y hacer las cosas a nuestra manera, cogiendo lo bueno que surgió en los años 80 y dándole una vuelta personal. Desde el principio supimos que era un camino difícil, pero asumimos los riesgos”, dice Felipe.

Varias personas se acercan a la mesa para saludarlos. Los músicos se disculpan por la interrupción. “Es que por este barrio mucha gente nos conoce”. Lulia recuerda que vivió en Malasaña, pero ahora vive con Felipe al norte de Madrid. “La vida era muy agitada aquí y toda la noche se sentía la fiesta”.

Sobre la tecladista recae una parte fundamental de la imagen de la banda y de su poderosa puesta en escena. “La dirección de arte la hacemos nosotros. Soy yo la que mantiene el social media y la imagen”, explica y revela sus influencias.

“Soy fanática de David Lynch (cineasta estadounidense con una obra de marcado carácter experimental) y me gusta todo lo oscuro de los años 80, sobre todo las películas y la música. Introduje a Felipe a ese mundo. Las cintas de Godard (quien fuese exponente de la vanguardia del cine francés), me interesan mucho, así como el surrealismo. Siempre trato de meter ese tipo de influencias en la música.  Ahora estamos muy inspirados en los directores de Asia. Todo esto es algo muy serio para nosotros”, asegura.

La tecladista dice que en su casa tiene prohibido escuchar el “ Manele”, una especie de reguetón rumano y critica el consumo entre los jóvenes de “música sin sentido”: En cambio coloca en un altar al musico australiano Nick Cave.

“Es la más grande influencia de la banda, pero no la única. Su actitud y su manera de hacer las cosas es una referencia. Aprendimos mucho también de sus conciertos. Él está en una etapa de la vida diferente. Ha vivido una serie de cosas muy diferentes. Nick Cave es una persona única. Él nos da mucha inspiración, pero tenemos otras influencias. También estamos descubriendo grupos jóvenes muy buenos”, apunta Lulia.

Le comento a Felipe que tras varias oídas el disco me resulta como una especie de autobiografía. Un documento sonoro que parece haber llenado de a poco con sus experiencias vitales. El músico lo confirma mientras intercambia miradas con la tecladista.

“El disco es totalmente autobiográfico. Eso es lo que es. Una especie de historia de los últimos dos años, y del cambio que he vivido. De los momentos en que me he sentido perdido hasta otros que han girado en sentido totalmente contrario.  Hay canciones como Soft Kiss que hablan del momento en que conocí a Julia y estaba todo empezando. Hay otros que reflejan hechos en los que estaba bastante mal psicológicamente. El disco tiene un poco de todo y es un resumen de lo que han sido mis últimos años, que en verdad han sido un carrusel de emociones. La inspiración a la hora de crear las canciones se basa totalmente en mi historia. Es un sentimiento muy fuerte y la gente que me conoce lo identifica perfectamente. Para mí lo más importante es empezar por la letra y luego vienen los instrumentos. Así es mucho más fácil la verdad”, revela el vocalista.

Felipe reconoce que es una “persona solitaria”. “Me gusta mucho ir a mi rollo y paso mucho tiempo solo. Cuando estoy con otras personas estoy pensando en mi mundo, en mis cosas. Pero hay algo que ocurre encima de los escenarios que no sabría describir. Subo al escenario y me bajo y no sé qué ha pasado. Es como si estuviese poseído. Luego me van viniendo imágenes de lo que acabo de hacer y me parece que son como un sueño. Lo siento como esa manera”.

Felipe no se encuentra muy cómodo con las reglas impuestas por los festivales españoles y por la industria de la música en general. Dice que por cantar en inglés la banda no ha sido vista con los mejores ojos.

“A la hora de aplicar a un festival de grupos emergentes siempre prefieren coger a un grupo que canta en español en vez de uno que canta en inglés. O te preguntan si tienes más canciones en español. Tenemos que tratar de insertarnos en festivales sin buscar ese tipo de apoyo que se ofrece a otras bandas emergentes, que en España es verdad que está bastante bien esa ayuda, pero si cantas en inglés es un poco más complicado”.

El músico abunda en ese escenario. “Todo el mundo intenta recomendarte que saques una canción en español. Porque no hay ningún grupo en España que haga lo que estamos haciendo nosotros. Lo que pasa es que nuestro punto de vista no es tanto triunfar en España. Nos gustaría tener nuestro público aquí, pero nuestra mayor intención es salir al público europeo. Nos gustaría mucho viajar a Alemania, al Reino Unido para presentar la música”, dice.

Lula añade que la crítica especializada en España no ha sabido descifrar a fondo a la música del grupo. “La crítica que se hace aquí en España no es ni mala ni buena. Es una crítica que como hacemos otra cosa no sabe por dónde cogerlo. Así lo veo yo”.

La banda ha acompañado su debut discográfico con una reciente participación en un festival donde compartieron escenario con bandas de la categoría de Green Day o Seven Second To Mars. “También estuvo Melendi”, bromea Felipe con una sonora risa.

El underground madrileño como el de la mayoría de las escenas es un mundo diverso en el que hay que adentrarse con la vida por delante. “Hay mucho movimiento. Siempre pasa algo en Madrid. No hay descanso. Para las bandas es un mundo muy duro y tienes que decidir muy bien lo que debes hacer. Hay que trabajar mucho. Lo único que te mantiene es la pasión. Se trata de trabajar al 100 por ciento”, explica Felipe.

La banda, compuesta por cinco músicos, no solo tiene puesta la vista en el circuito europeo, sino también en América Latina. “Nos gustaría ir a Latinoamérica. Tenemos que buscar un equilibrio económico para que de lograrlo no sea una hecatombe. Sé que en Cuba se escucha mucho jazz. Cuando escuchas Cuba sientes en la cabeza una música propia y eso es bastante único tenerlo en un país”, indica el vocalista.

Lulia me pide que le recomiende algunas bandas del underground cubana mientras me dice que está al tanto de la realidad de la isla por un amigo de La Habana. Revisamos YouTube y la tecladista va apuntando algunos nombres. Quizá de esa lista surja alguna colaboración en algún momento, le sugiero y terminamos la charla en Malasaña con la certeza de que en el futuro de New Wave Kill todo puede suceder.

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