Texto: Karla Castillo
Este año ha regresado uno de los eventos más esperados de Europa: el Festival de la Canción Eurovisión llega con fuerza acumulada después que la pandemia provocada por el COVID-19 le impidiera realizar su edición del 2020, interrupción nunca antes vista en los más de 60 años de historia que atesora.
Para lograr que el SARS-CoV-2 no fuera la causa de una nueva suspensión del evento, el comité organizador tomó una serie de medidas preventivas bastante estrictas, dirigidas al personal, los participantes, la prensa y el público.
La primera semifinal tuvo lugar este martes en la ciudad portuaria de Rotterdam, en Holanda. Los 3 500 espectadores que asistieron al Ahoy hicieron gala de prendas coloridas, glamour y banderas, pero no faltó la mascarilla, la distancia de metro y medio de distancia, y que, junto a su entrada, llevaran el DNI y un certificado de PCR negativo, realizado ese mismo día en la mañana.
De acuerdo a la agencia española Efe, esos afortunados primeros espectadores, desfilaron con una sonrisa en la cara sabiéndose testigos del Eurovisión más peculiar de las más de seis décadas de historia que tiene, en el cual la principal regla es demostrar que se es negativo al coronavirus.
Como prioridad, la salud y seguridad de los participantes. Así, cero abrazos, saltos en el aire, y las gustadas afterparty, otras medidas necesarias para mantener esa burbuja en que se realiza el espectáculo, segura.
A la semifinal de este jueves, debe acudir la misma cantidad de espectadores, y así será igualmente el sábado, en la gran final. Nadie puede pararse a bailar, sino disfrutar de sus canciones favoritas ahí sentados. Aburrido, pero saludable en el contexto que se vive.
Para las delegaciones de artistas y sus acompañantes, y los periodistas, se estableció que cada 48 horas toca una prueba rápida in situ, y la movilidad está limitada al centro de eventos y el hotel. Prohibidas las salidas a tomar algo al aire libre, las fiestas y las compras. Sólo se aceptan las cosas establecidas en el programa como ruedas de prensa y ensayos.
Si aparece un positivo, se declara la cuarentena para sus contactos. Las medidas van también en aras de evitar que alguna actuación caiga del programa si alguien se contagia, para ello, se decidió grabar las presentaciones de todos los artistas, con ello el mundo podría escuchar su canción, y la cuarentena no afectaría eso.
Ya se conoce de cuatro delegaciones en esa situación, son las de Polonia, Islandia, Malta y Rumanía, porque algunos de sus miembros dieron positivo y deben guardar cuarentena en el hotel. Se espera la evolución de las PCR para ver qué se decide finalmente.
Los eurofans de todo el mundo, podrán disfrutar, en general, de un evento en el que la mayoría de los países participantes, 39 en total, han podido viajar a los Países Bajos, excepto Australia que emitirá su actuación de seguridad grabada en Sídney.
El evento, que atrae a una audiencia televisiva de unos 200 millones de personas según medios internacionales, fue ganado en 2019 por el cantante y compositor holandés Duncan Laurence, con la canción «Arcade». Esta 65 edición del Eurovisión viene con las ansias de los artistas y espectadores aceleradas, buscan recuperar el chance perdido en 2020.
