Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Foto: RL Hevia
Pareciera una tradición del béisbol cubano que los hijos de otroras estrellas del pasatiempo nacional decidan irse a probar suerte a otros lares al no encontrarla en la tierra que los vio nacer. Muchos nombres que hoy brillan al más alto nivel son herederos de viejas glorias de la pelota antillana. Otros no suenan tanto, pero también llevan en la sangre el pedigrí ilustre de sus progenitores.
El hijo de Lázaro Vargas, Miguel Antonio, es una de las jóvenes promesas de Los Angeles Dodgers y en su tercera temporada en MLB busca establecerse en un equipo que tiene a figuras que no necesitan presentación como Shohei Ohtani, Mookie Betts o Freddie Freeman. Asimismo, poco hay que agregar de las exitosas carreras que se han labrado Yuliesky y Lourdes Gurriel, segundo y tercer vástago, en ese orden, del legendario Héroe de Parma.
También probó su taza de café en la Gran Carpa, Henry Urrutia, cuyo padre se nombra Ermidelio, mientras los descendientes de Víctor Mesa igualmente han intentado abrirse camino hacia el máximo nivel. Lo propio persigue el hijo de ese grande del pitcheo antillano que fue Norge Luis Vera, o el del zurdo camagüeyano Loidel Chapellí, ambos en las filiales de los Chicago White Sox. Así, la lista continúa y sigue creciendo.
La más reciente incorporación a ese grupo se trata de Ariel Pestano Rosado, de quien luego de leer su nombre no se necesitan más señas para conocer su origen. Siguiendo los pasos de su papá, el joven de 26 años se formó como receptor, pero no mostró el mismo talento en su irrupción en los certámenes domésticos. Es por ello que después de dos series en Villa Clara donde prácticamente no jugó, se marchó a los Alazanes de Granma donde pudo desarrollarse más e, incluso, proclamarse campeón nacional.
En su regreso a su provincia natal, Pestano Jr. logró tener más protagonismo hasta adueñarse de la posición a partir de la 62 Serie Nacional. En las últimas dos campañas, ha mostrado sólidos números, tanto en la defensa, como a la ofensiva, lo que le llevó a tomar la decisión de pedir la baja de la Federación cubana a finales de mayo pasado.
Pocos días después trascendió igualmente que había salido de la isla en un vuelo rumbo a Managua, para presuntamente realizar la llamada “travesía” hasta llegar a Estados Unidos. Sin embargo, el periodista Francys Romero reveló recientemente que el jugador se encuentra en México, donde buscará insertarse en el béisbol profesional de ese país.
El reportero agregó que Pestano Jr. estará entrenando este fin de semana con los Guerreros de Oaxaca en el Estadio Alfredo Harp Helú, bajo la representación de la Thompson Sport Agency. De igual forma, señaló que existen posibilidades con otros equipos de Liga Mexicana del Pacífico.
Al haberse marchado de Cuba legalmente, el villaclareño deja abierta la puerta para regresar al béisbol insular en cualquier momento, una jugada que muchos valoran de inteligente ante la incertidumbre que le puede esperar en la búsqueda de un contrato profesional. Si bien es bastante improbable que ya a su edad y con el talento que ha exhibido, pueda subir hasta las Grandes Ligas, Pestano Jr. sí puede mejorar su nivel y, quién sabe, convertirse en un receptor de garantías en un futuro no muy lejano.