Foto: Jonathan Ernst | Reuters
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Joe Biden ha llegado este 20 de enero a su primer año de posesión en medio de un panorama especialmente sombrío. Su popularidad ha disminuido, y hoy más estadounidenses desaprueban su gestión en comparación con los que la aprueban, el país vive la mayor inflación de los años 80 y se encuentra en medio de un posible conflicto con Rusia por Ucrania. Para mayores réditos en contra, el expresidente Donald Trump insinuó que podría aspirar a la presidencia en 2024 en un mitin que aprovechó para culpar a Biden de todos los males del país.
Diversas encuestas venían subrayando durante los últimos meses un descenso en la popularidad de Biden, que ya en los primeros días de noviembre apuntó un nivel de desaprobación del 51%.
Para el periodista Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC en América del Norte, «la política en Estados Unidos está siguiendo un patrón familiar».
“Un nuevo presidente es elegido y, tras una ola temprana de popularidad, sus intentos de avanzar su agenda política topan con viento en contra. El partido que ha perdido el poder, aguijoneado por su derrota reciente y enojado por las acciones de gobierno del rival, recupera la unidad en la oposición, mientras que el partido en el poder sufre por las divisiones internas»”, señaló el analista.
Para Zurcher, Biden está recogiendo las consecuencias de esa división. “Paga el precio de la falta de acuerdo de los demócratas en el Congreso para aprobar sus propuestas estrellas: varios paquetes de gasto en servicios sociales, lucha contra el cambio climático e infraestructuras valorados en billones de dólares”.
La CNN considera, por su lado, que el presidente estadounidense está siendo blanco de varias de sus propias decisiones en relación entre otros conflictos a la pandemia de Covid. “El Gobierno apostó a que las vacunas contra el Covid-19 habrían acabado ya con la pandemia en este punto. Sin embargo, la vacunación se politizó y millones de estadounidenses optaron por no recibir sus dosis. Todo, mientras las variantes virales ayudan a prolongar la emergencia.”
Recientemente la Corte Suprema bloqueó la propuesta del mandatario de exigir los requisitos de vacunación y pruebas de detección para las grandes empresas, un proyecto de ley que era una de sus cartas de triunfo para contrarrestar el alza de la pandemia.
Esa negativa se une al estancamiento en el Congreso de la propuesta de ley del gasto social y de cambio climático así como la legislación de derechos electorales. La aprobación de esta ley no ha encontrado un respaldo absoluto dentro de su partido, pues los senadores demócratas Joe Manchin, de Virginia Occidental; y Kyrsten Sinema, de Arizona, le han negado su apoyo; un revés muy peligroso no solo para la aprobación de esta ley, sino de futuros proyectos legislativos de su presidencia y que demuestra las fracturas existentes dentro de los demócratas en cuanto al rol de Biden en la Casa Blanca.
“La misión que se impuso Biden de resolver problemas también enfrenta obstáculos por la erosión de su propio capital político. El cual, justamente, se ha visto afectado por sus repetidas visitas al Capitolio para instar a su partido a respaldar su agenda, así como por una serie de plazos incumplidos para aprobar importantes proyectos de ley”, recuerda CNN.
La crisis económica producto de la inflación es uno de los principales factores que le ha retirado la confianza de un sector importante de los estadounidenses. El precio de la gasolina y la corriente ha subido considerablemente, algo que los estadunidenses achacan al gobierno de Biden. Sin embargo, los primeros visos de la futura inflación ya se podían percibir en los últimos tiempos de la gestión de Trump.
La política exterior también es un terreno minado para Biden. El presidente ruso, Vladimir Putin, está provechando el supuesto debilitamiento de su presidencia para mostrar fuerza en el terreno internacional, traducida en este caso en el envío de tropas a la frontera con Ucrania, lo que muchos, incluso el propio mandatario estadounidense, ha considerado una señal clara de una posible invasión.
Para la CNN, no obstante, el presidente estadounidense, que ha reducido el paro del 9% al 3,9%, y firmado el mayor paquete de inversión en infraestructura en la historia estadounidense, tiene la oportunidad de dar un giro a los acontecimientos y utilizarlos a su favor. “Todas las presidencias atraviesan recesiones y momentos políticos difíciles. La prueba de la habilidad política de un presidente está en si puede recuperarse, revertir una narrativa de fracaso, usar a sus oponentes como contrastes efectivos y comenzar a dirigir los acontecimientos. La Casa Blanca intentará hacer exactamente eso esta semana. Y se espera que utilice el aniversario de la toma de posesión de Biden como plataforma para un reinicio”.
En cuanto a Cuba no se han visto cambios ostensibles. En la isla se esperaba un acercamiento entre ambos gobiernos, pero se ha mantenido sin grandes diferencias la misma política confrontacional de su antecesor republicano hacia la nación caribeña.
Sin embargo, medios estadounidenses señalaron que Biden se disponía a relajar las medidas de “ahogamiento económico” y promover mayores vínculos entre ambas naciones; pero su posible paquete de leyes se vio frenado por la represión por parte del gobierno cubano a los manifestantes durante las protestas el pasado 11 de julio.
El presidente también se enfrenta a elecciones de término medio en noviembre en las que su partido podría perder el Congreso, lo que sería una espada de Damocles para el futuro de su presidencia y sus aspiraciones de reelección.