abril 19, 2024
31.2 C
Havana

¡La Recarga MIXTA más barata aCuba! 😍

Del 18 de abril al 30 de abril ¡En Cuba recibirán 40 GB para todas las redes y WhatsApp gratis si tienes bonos vigentes!

Recargar ahora

La fiesta de los condones espera… ¿qué?

Foto: Roy Leyra

Texto: Amanda Montesinos

“No hay por ninguna parte”, dice Mariela, de 36 años, en la cola de la farmacia de su barrio. “Soy madre, y no solo pienso en cómo protegerme de un embarazo que no deseo ahora mismo, sino en cómo le puedo inculcar a mi hijo una sexualidad responsable cuando ahora mismo un preservativo solo se encuentra en el mercado negro y a precios desorbitantes”.

Varios grupos de venta en WhatsApp y Telegram tienen anuncios de este tipo: “El precio de los de sabores con relieve es 60.00 CUP la cajita que trae 3 condones”. Y en las mesas de merolicos por el paradero de Playa o por Centro Habana, cada preservativo de los que normalmente expenden las farmacias,con el costo de un peso por una cajita de tres unidades, se encuentra entre los 10 y 20 pesos.

O como diría un hombre que también escuchó el precio cuando pregunté: “Hasta `el palo` se ha puesto carísimo en La Habana”. En toda Cuba, le rectifico yo. La renta de pañales desechables y de compotas de un bebé probablemente sea más asequible. ¿Se imaginan mantener relaciones sexuales protegidas todos los días? Bueno, al menos imagínenlo.

El condón es, digámoslo de forma sencilla, uno de los métodos anticonceptivos más equitativos entre los que existen. Mientras que las mujeres solo son fértiles alrededor de cinco días al mes, los hombres lo son cada día de la vida fecunda en un adulto. Sin embargo, la mayoría de los anticonceptivos intervienen el cuerpo de las mujeres: dispositivos intrauterinos, pastillas, inyecciones, etc.

La carga de efectos secundarios recae en los cuerpos con una menor ventana de fertilidad y con la mayor responsabilidad en cuanto al desarrollo y crecimiento del feto. Si no hay condones en el país, las prácticas sexuales desprotegidas llenarán el espacio, y las consecuencias cobrarán mayores estragos en los cuerpos de las mujeres.

Y esto es solo hablando de planificación familiar. Ningún otro método de anticoncepción protege contra las infecciones de transmisión sexual (ITS). Por otro lado, no veo quién se atreva a hablar de abstinencia, especialmente a jóvenes y adolescentes, más allá de la comunidad religiosa que así lo establezca.

“Ahora ni pan, ni circo”, comenta una mujer a las afueras de una farmacia ubicada en el barrio del Casino Deportivo.

Ni fiesta, ni condones

El desabastecimiento de estos profilácticos no es reciente. Desde hace varios años se manifiestan oleadas de escasez del producto. En 2018, cuando aún la ausencia de condones no era crónica, un especialista de la empresa de suministros médicos en Cienfuegos se atrevía a decir a la prensa que la entrega se mantenía estable y había suficientes en almacén, alegando una posible disminución de su compra por los clientes.

En todo caso, el hecho de que no haya existencia de preservativos en el país no es debido a “los impactos negativos” de la pandemia, aunque bien pudiera ser un agravante.El último gran pico de la ausencia de condones comenzó a ser reportado en la prensa desde febrero del año pasado.

Un reportaje publicado por la revista Alma Mater sobre la evidente escasez explicaba que Cuba no produce preservativos. Estos profilácticos son importados (fundamentalmente desde países asiáticos, en los que la Isla negocia la fabricación de marcas como Momentos y Vigor) y van a las farmacias, o provienen de donaciones de organismos e instituciones internacionales de salud, los cuales se distribuyen en las consultas y programas de ITS.

En agosto de 2020, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) donó al país más de medio millón de preservativos. Pero suplir la demanda de un país de anticonceptivos no es algo que pueda gestionarse solamente con donaciones.

El periódico Escambray reportaba en noviembre del año pasado que en la provincia, durante el mes septiembre, solo se vendió el 5 % del plan de preservativos del mes. El 5 %. Todo esto sin que la Empresa de Suministros Médicos (EMSUME), o alguna otra institución, ofreciera una respuesta clara.

«Se trata de un renglón actualmente en trámite, o sea, ya en vías de solución y distribución desde su punto de origen en China y otros proveedores internacionales», dijo al periódico Francisco González Quintero, director de la entidad en Sancti Spíritus.

Tampoco sirve a un país el aumento de sus índices de natalidad, especialmente bajos en Cuba desde hace años, cuando se trata de nacimientos no planificados o deseados. Estos a menudo terminan en procedimientos de interrupción, como el aborto, lo cual también recarga al ya vulnerable sistema de salud pública.

El aumento de las ITS tampoco es cosa de juego. Raya en la crueldad. En medios como Cubanet y ADN Cuba se han publicado historias que relacionan el aumento de infecciones de transmisión sexual en algunas localidades con la escasez de condones.

Aunque aún no es pública alguna evidencia concreta al respecto, la asociación tiene toda la lógica del mundo. Una doctora que entrevistan en Mayabeque este mismo febrero lo afirma: “Hace varios meses que la demanda es mucho mayor que la oferta y esto ha traído consigo un gran aumento de las ITS. La gonorrea, el virus del papiloma humano (VPH) y el VIH se han incrementado”.

“No entran condones hace más de un año en esta unidad”, afirma la dependienta de una farmacia en la avenida 51. No pasa un día, dice, sin que pase al menos una persona a preguntar si hay. “Qué situación tan dificil con esto de los preservativos. Lo peor son las ITS y que no hay ni antibióticos en los hospitales ahora mismo. Muy fuerte”, agrega una muchacha en la larga cola que se observa en estos puntos ya de forma habitual.

Aquellos tiempos en que hasta los niños usaban preservativos para hacer globos o “bombitas” de agua (en el mejor de los casos) parecen ahora salidos de un libro de ciencia ficción. Ahora, también en tiempos de pandemia, además de preservativos hasta con un test de Coronavirus en la cartera habría que andar. Pero ni lo uno, ni lo otro.

Sencillamente dimos por sentado que los preservativos siempre estarían, literalmente, a la mano. Muy fuerte. Éramos felices y no sabíamos cuánto.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí