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Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Joaquín Ciria, de 60 años, estuvo preso durante 32 años por el supuesto homicidio de su amigo Feliz Bastarrica en 1990 en el vecindario de SOMA, hasta que recientemente las pruebas de la defensa apuntaron a su inocencia.
Finalmente, tras pasar cerca de la mitad de su vida en la cárcel, el lunes fue exonerado por la Fiscalía de San Francisco, en Estados Unidos, y fue liberado este miércoles.
Ciria se reencontró con su familia en una mezcla de felicidad y lágrimas, recogen las imágenes de medios locales. Es una alegría tremenda saber que por fin estoy libre, expresó.
Lo más duro fue estar privado de libertad cuando sabes que no te lo mereces. El no estar con tu familia, el que mi madre se me muriera en Cuba sin haber tenido la oportunidad de saber que su hijo está libre, rememoró.
Cubano al fin, dijo a la prensa que ahora que está en libertad, planea comerse una buena comida criolla y caminar con su hijo por largas horas. Joaquín fue separado de su hijo cuando este era apenas un recién nacido.
Según expresó, quiere asegurarse de que su mensaje llegue a todos los que se encuentran en la misma situación en la que él estuvo en prisión.
El crimen por el que guardó injusta prisión lo cometió otra persona. La Fiscalía reconoció que en su caso la policía se guió por los rumores creados por el verdadero asesino y por las declaraciones de un testigo identificado como George Varela, quien era apenas un adolescente en el momento del homicidio.
Tiempo después, Varela le confesó a su hermana y a un amigo que sabía que Joaquín no era culpable, una prueba contundente que sirvió para la exoneración, explicó la cadena local Telemundo 48.
Yo quiero mirarlo como que fue una prueba que Dios puso en mi camino para ver cuánto yo podría resistir, afirmó Ciria sobre sus años encarcelado.
Según Telemundo 48 la exoneración de Ciria se logró tras el trabajo de su abogada defensora y el Proyecto de Inocencia del Norte de California, agencia que brinda una oportunidad para que estudiantes de leyes investiguen y litiguen posibles condenas injustas.
