Texto: Alejandro Varela
El rumor que hace días venía cocinándose se convirtió en noticia este miércoles. El magnate ruso Roman Abramovich cedió a la presión de la oposición política británica y anunció la venta del Chelsea, del cual es propietario desde el 2003.
El empresario de origen ruso-israelí ha estado la mira de los integrantes del partido Laborista desde que el Reino Unido impuso la semana pasada una batería de sanciones a Rusia en represalia por la operación militar lanzada en Ucrania.
En una carta pública, el multimillonario argumentó que tomó la decisión debido a la situación actual, y en el mejor interés de los socios, patrocinadores y empleados del club y de sus fanáticos.
Abramovich, de 55 años, informó igualmente que la venta no será acelerada sino que seguirá el debido proceso. «No pediré que se pague ningún préstamo. Esto nunca ha sido por negocios, ni por dinero para mí, sino por pura pasión por el juego y el club», agregó.
También anunció que creará una fundación para ayudar a los ucranianos afectados por el conflicto bélico a la que se donarán todas las ganancias netas de la venta. «La fundación incluye proporcionar fondos críticos para las necesidades urgentes e inmediatas de las víctimas, así como apoyar el trabajo de recuperación a largo plazo», apunta el texto.
Antes de finalizar, el magnate afirmó que ha sido «una decisión increíblemente difícil de tomar. Me duele separarme del club de esta manera. Sin embargo, creo que esto es lo mejor para el club. Espero poder visitar (el estadio) Stamford Bridge por última vez para despedirme de todos en persona.
La llegada de Abramovich al equipo londinense hace casi 20 años significó una vuelco en la calidad del plantel y los resultados competitivos. En su etapa como dueño, el Chelsea conquistó cinco veces la Liga Premier inglesa e igual cantidad la FA Cup, además de lograr dos veces el título de la Liga de Campeones, una Liga Europa y un Mundial de Clubes, este último su último galardón.
