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Más de 2 millones cubanos son alérgicos y esta cifra podría aumentar

Foto: Jorge Luis Borges

Texto: Redacción Cuba Noticias 360

De acuerdo con un estimado conservador de valores de prevalencia mundial, aproximadamente el 20 por ciento de los habitantes en Cuba, es decir, más de dos millones de personas, padecen de alergia.

Estos estudios, que incluyen a los niños y adolescentes, confirman elevados valores de estas afecciones, y lo peor que puede intensificarse si se cumplen los pronósticos de que para el año 2050 la mitad de la población mundial tendrá alguna enfermedad alérgica.

De acuerdo con un artículo publicado en el sitio web del Ministerio Cubano de Salud, la rinitis y el asma resultan las afecciones alérgicas más frecuentes en la Isla y los agentes causales más comunes son los ácaros, además de otros como los hongos ambientales, los alimentos, los epitelios de animales, los insectos, y los pólenes, así como el uso de medicamentos.

En la aparición de estas enfermedades, de etiología multicausal, donde el ambiente juega un rol fundamental inciden factores como el crecimiento poblacional, la rápida urbanización, la destrucción de áreas verdes, la deforestación, los cambios en los estilos de vida, en la nutrición y el agua de consumo.

Varios especialistas declaran que estas afecciones pueden comenzar en los primeros meses de vida, y muchas tienen una evolución crónica si no se interviene de manera temprana, incluso con posibles influencias psicológicas negativas en quienes las padecen y sus familiares.

Por ejemplo, las vacunas Valergén, elaboradas a partir de ácaros domésticos y producidas en el Centro Nacional de Biopreparados, de la provincia de Mayabeque, integran el cuadro básico de los medicamentos del país para las afecciones alérgicas. Es que, en estos momentos la inmunoterapia con vacunas de alérgenos representa el único tratamiento capaz de modificar el curso de esas enfermedades, y evitar en muchos casos su aparición.

También las vacunas mejoran significativamente los síntomas, el uso de medicamentos, y la calidad de vida, y resultan costo-efectivas en comparación con el tratamiento medicamentoso.

En el contexto de la pandemia, las consultas de alergia en los hospitales se limitaron, solo se atienden las urgencias o agudizaciones de los cuadros de la enfermedad. También se interrumpieron las pruebas de alergia y otros procederes diagnósticos, y prosigue la vacunación de los enfermos en tratamiento.

Aunque la COVID-19 puede cursar como una afectación respiratoria con variada sintomatología, en ocasiones pudiera confundirse con alergias, no obstante, los alérgicos no tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad y deben seguir las mismas precauciones que el resto de la población.

Hay que decir que enfermedades alérgicas no contraindican las vacunas contra la COVID-19, al contrario, se recomienda su administración al igual que el cumplimiento de las medidas higiénicas y sanitarias establecidas. La única contraindicación es para los alérgicos al timerosal, para lo cual se fabrican unas variantes de las formulaciones sin ese componente.

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