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No se trató de fútbol

Foto: Asociación de Fútbol de Cuba/ Twitter

Texto: Alejandro Varela

Hace mucho tiempo el fútbol cubano no levantaba tantas pasiones como en los últimos días. La incursión de los llamados «legionarios» en la selección venía despertando interés desde su anuncio hace algunas semanas, pero su participación en el comienzo de las eliminatorias para el Mundial de Qatar-2022 logró que la afición deportiva del país se paralizara por completo.

Algunos momentos quedaron grabados para siempre en la memoria del fanático cubano como el debut de Onel Hernández con la elástica tricolor. Sí, ese mismo Onel que no habla muy bien español después de emigrar a Europa con su familia cuando era pequeño. Ese mismo Onel que llevaba años clamando defender una nación con la cual no tenía ningún compromiso, que no esperaba nada de él. Ese mismo Onel que resistió a capa y espada la tozudez de los federativos que frustraron una y otra vez su sueño.

El jugador del Norwich City vivió un calvario para llegar a Guatemala desde Inglaterra. Una vez en México, su vuelo de enlace quedó aplazado por el cierre del aeropuerto de la capital guatemalteca. Cuando finalmente pudo viajar el día del primer partido pidió que lo llevaran directo al estadio, donde sus compañeros ya habían entonado el himno para enfrentar al once anfitrión. Ese número 11 dando salticos al costado de la cancha del estadio Doroteo Guamuch Flores, momentos antes de entrar al juego, fue un instante de alegría infinita, un apretón en el medio del pecho para todos los cubanos.

La idílica travesía de Onel viviría su clímax este domingo frente a Curazao. Error de la defensa, recuperación del extremo avileño, carrera potente por la izquierda y definición de dioses. El primer gol de la escuadra antillana en años llegaría con un fogonazo de su nueva estrella. Una vez más las imágenes quedarían esculpidas en nuestra memoria emotiva. De rodillas y levantando las manos al cielo. Una par de lágrimas asomando en los ojos. No se recuerda la última vez que Cuba gritó tanto un gol de su selección.

foto: onelhernandez_official/Instagram.

Por eso no se trató solo de fútbol. Los detractores del más universal en el archipiélago caribeño esgrimirán las dos derrotas y la eliminación rumbo a la cita del orbe como pretexto para arremeter nuevamente contra un deporte que le disputa al béisbol la preferencia de la afición, sobre todo entre los más jóvenes. Pero nadie discute que Cuba será siempre tierra de peloteros y que el gusto por los bates y guantes corren en la sangre de la mayoría de los niños.

Se trató de unión, de futuro. De esperanza. Incluso, no fue solo Onel, sino también de Paradela, de Corrales, de Apezteguía, de Cavafe, otros legionarios que entregaron todo y mejoraron muchísimo la cara de un equipo de fútbol vilipendiado en los últimos años. Se trató, además, de Marcel Hernández, de Osvaldo Alonso, de Maikel Chang, de tantos otros futbolistas que todavía hoy no tienen las puertas abiertas para volver, pero quizá mañana sí.

Este primer paso junto a los sentimientos y sensaciones que despertó- marca un antes y un después para la reconciliación del aficionado con los decisores del deporte y que ambos puedan tomarse de la mano y mirar juntos hacia adelante. El voleibol ya había sido el pionero hace par de años, y el béisbol parece tomará el mismo camino de la reunificación y el rescate de sus mejores talentos regados por el mundo, pero que no se rigen por el sistema deportivo de la isla. Son otros tiempos -no nuevos, porque el reclamo es de antaño- pero con pequeños pasos se construye el camino. Solo queda esperar que la inercia no se rompa y no se detenga el proceso.

Este lunes Onel Hernández tomó otro avión y regreso a Europa. Es muy probable que unos meses lo tengamos de vuelta en la espectacular Premier League con el Norwich City de sus amores. Sin siquiera pisar la tierra que lo vio nacer, ya Cuba tiene un nuevo ídolo en su panteón de dioses deportivos. Y no hace falta que lo haga aunque lo hará– porque hay otros gestos que valen más. No se trató de fútbol, se trató de amor.

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