Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Desde el primero de febrero y hasta este domingo, se celebró de forma virtual el Festival Internacional de Cine de Rotterdam, donde participó y resultó premiado como parte del programa competitivo de cortos, el mediometraje cubano «Terranova», realizado a cuatro manos por el cubano Alejandro Alonso Estrella y el español Alejandro Pérez.
“Terranova” compitió en la sección de cortos del premio Ammodo Tiger, con el que fue galardonado, y con este material, es la cuarta ocasión en los últimos años que un título cubano es elegido para el programa oficial de Rotterdam.
Este corto fue creado a partir de una convocatoria lanzada por la delegación de la Unión Europea en Cuba, y con su participación en el Festiva del Rotterdam, el filme logró colocar al cine independiente de la Isla en uno de los certámenes más prestigiosos del mundo.
Anteriormente, llegaron hasta el evento, Carlos Lechuga, con Melaza (2012); Carlos Quintela, con La obra del siglo (2015), que fue premiada en esa ocasión; y Rafael Ramírez, con Las campañas de invierno (2019), exhibida en la muestra que el festival holandés organiza en Curazao.
Ambos directores, Alejandro Alonso y Alejandro Pérez son egresados de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV) y en “Terranova” colaboraron por vez primera.
El corto es un homenaje a La Habana, capital cubana, que hicieron Tomando como referencia Las ciudades invisibles, de Italo Calvino, por lo que la aproximación a la ciudad en la película es la elaboración de un discurso en torno a una abstracción.
Se abstuvieron de filmar La Habana bulliciosa, de fiesta tropical y alegría permanente que se vende al turismo, para en cambio adentrarse en sitios como las bóvedas del Museo Nacional de Bellas Artes, de los almacenes del Instituto de Cine (ICAIC) en Cubanacán, de la termoeléctrica de Tallapiedra, de la Cámara Oscura ubicada en una de las azoteas de la Plaza Vieja, entre otros.
Las demás personas involucradas en el audiovisual fueron Glenda L. Martínez, quien se ocupó del diseño sonoro y también del montaje y mezcla, junto a Velia Díaz de Villalvilla e Irina Carballosa Socarrás, además, la música para órgano es de Moisés Santiesteban Pupo.
