Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Videos difundidos en redes sociales en los que se aprecia a trabajadores sanitarios de Río de Janeiro, en Brasil, aplicando presuntas vacunas vacías contra la COVID-19 a ancianos, generaron mucha polémica y motivó que las autoridades locales iniciaran investigaciones para determinar el por qué de los hechos.
Aunque algunas imágenes ya era públicas desde enero, otras llegaron hace muy poco, y en medio de este escándalo, muchos describen a estas dosis como “vacunas de viento” o “vacunas de aire”.
La Policía Civil de Río de Janeiro ha emitido un comunicado donde señala que de confirmarse un desvío de dosis o alguna otra irregularidad, los profesionales de la salud podrán ser acusados por malversación de fondos con penas de hasta 12 años de prisión.
Por lo pronto se conoce que una enfermera fue suspendida en Petrópolis, según confirmó la secretaría de Salud de esa localidad. Otro caso se registró en la ciudad de Niteroi, donde un profesional fingió aplicar la dosis a una anciana de 90 años y el hecho quedó registrado por los familiares que lo acompañaban.
Este último ha sido el único caso que generó una acusación formal por parte de la Policía Civil, ante una posible malversación e infracción de una disposición sanitaria. Pero cada vez se reportan más casos de ancianos vacunados con aire.
“Entendemos que se trata de una falla, no lo queremos llevar para el lado de las calumnias que están levantando”, declaró el secretario de salud de ese municipio, Aloísio Barbosa Filho. Sin embargo, pese a sus declaraciones, reforzaron el protocolo de vacunación para evitar más casos de ese tipo.
Esto hace que el general Eduardo Pazuello -designado ministro de Salud por Bolsonaro- enfrente críticas por parte de un grupo de intendentes brasileños agrupados en la Confederación Nacional de Municipios, los cuales le exigen la renuncia de forma urgente. “Su liderazgo no creyó que la vacuna era la forma de salir de la crisis y no llevó a cabo la planificación necesaria para adquirir las vacunas” declaró el grupo en un comunicado emitido hace pocos días.
Brasil constituye uno de los países más golpeados por la pandemia. Las cifras no mienten. Más de 244 mil de sus habitantes murieron por Covid-19 y más de 10 millones de casos fueron registrados desde el inicio de la crisis sanitaria. Actualmente vive una crítica situación y atraviesa la segunda ola de contagios, donde al menos mil personas mueren a diario.
La vacunación en ese país está a cargo del Sistema Único de Salud (SUS), y tiene a los ancianos como destinatarios prioritarios de las inyecciones contra el coronavirus. Solo en la ciudad de Río, se aplicaron 300.000 dosis para ciudadanos pertenecientes a la tercera edad.