Foto: Roy Leyra
Texto: Mónica Fernández
Ydael Jesús Pérez Brito es el nuevo ministro de la agricultura en Cuba. Ingeniero agrónomo, de 48 años, y oriundo de Sancti Spiritus, son algunos de los pocos detalles que se conocen sobre este funcionario. El periódico Escambray señala en un breve perfil que el actual ministro trabajó en el central “Ramón Ponciano” del municipio Fomento, una instalación que cerró sus puertas en el año 2003 tras la Tarea Alvaro Reynoso, y fue posteriormente demolido. También menciona que fungió como presidente de una Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC), fue director de una empresa, delegado de base del Poder Popular y delegado provincial del Ministerio de la Agricultura.
Como muchos otros funcionarios de gobierno, no sorprende que a lo largo de los años, Pérez Brito haya sido citado en múltiples ocasiones por medios estatales haciendo llamados a la austeridad y al uso racional de los recursos: «La demanda de recursos es alta y el país no tiene solvencia para cubrirla totalmente, pero hay que respetar los contratos que, además, deben ser flexibles, porque surgen problemáticas que así lo exigen» (2015) o «Resulta imprescindible impulsar acciones que garanticen la alimentación necesaria, pero que a la vez protejan el ecosistema y nuestra salud» (2017).
Su lenguaje no difiere mucho del oficialismo más rancio, como queda evidenciado en un mensaje audiovisual enviado a los campesinos cubanos al inicio de la campaña de primavera de 2020: “Los productores nuestros siempre han sabido apoyar y estar al lado de la Revolución, son productores muy revolucionarios y conscientes de lo que está pasando. Por tanto, van a dar el paso al frente y van a demostrar el extra que podemos hacer para lograr incrementar la producción de alimentos en el país” … un año después, su mensaje parece haber caído en saco roto.
Sin embargo, en los últimos años, el entonces viceministro primero ha ido adquiriendo cierta relevancia en eventos relacionados con la cooperación internacional. En 2018, Pérez Brito fue el responsable de recibir un donativo de la India, de 60 tractores valorados en cinco millones de dólares. Al año siguiente, cuando los representantes de la Iniciativa Cuba llevaron a La Habana el Foro de Negocios Cuba-Reino Unido, fue él quien presentó la cartera de oportunidades en el sector de la agricultura. Unos meses antes del inicio de la pandemia por el COVID-19, el entonces viceministro primero encabezó la delegación cubana al XII Conferencia de Ministros de la Agricultura de Berlín, que tuvo lugar en el marco del Foro Mundial para la Alimentación y la Agricultura, GFFA 2020. En marzo de este año, sostuvo conversaciones con la Embajadora de Indonesia en Cuba, donde se abordó la posibilidad de entrenamientos para la inseminación artificial en la cría de ganado, así como becas universitarias en el Instituto de Agricultura de Bogor. Más tarde en ese mismo mes, Pérez Brito fue el representante por el Ministerio de la Agricultura para la firma del proyecto de cooperación “Hab.Ama”, centrado en el autoabastecimiento alimentario y el desarrollo de iniciativas económicas sostenibles en La Habana. El proyecto, financiado con una contribución de 5,4 millones por la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS), se considera el más grande que ha recibido La Habana.
Pero no solo ha estado el nuevo ministro al frente de lo relacionado con negocios y proyectos de cooperación. En el mes de febrero, fue él uno de los tres funcionarios del Ministerio de la Agricultura que se reunión con un grupo de protectores de animales que exigían una actualización sobre el retrasado decreto-ley de bienestar animal en Cuba, lo cual demuestra que su portafolio como viceministro primero incluía el manejar los asuntos políticamente sensibles.
Como es habitual en Cuba, la democión de un ministro viene usualmente seguida de la promoción de su viceministro primero. No es sorpresa entonces que Ydael Jesús Pérez Brito fuese la persona seleccionada. No obstante, el hecho de que el cambio de ministro estuviese aparejado al anuncio de un paquete de medidas para incentivar la producción agrícola, y que esto sucediera justo antes del VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba, indica que Pérez Brito se ha ganado la confianza de las más altas esferas de gobierno y en él han visto potencial para llevar adelante los cambios propuestos. Pérez Brito, un ingeniero agrónomo con perfil administrativo y de poca presencia mediática, ha desplazado a Gustavo Rollero, también ingeniero agrónomo, pero de trayectoria vinculada al sector militar y con once años en el cargo. ¿Serán suficientes las nuevas medidas para “levantar” una agricultura en crisis? ¿Qué poder real tendrá este un ministro para llevar adelante transformaciones en su sector?
