Fotos: Instagram oficial de Emma Móz
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
De Cuba, a Venezuela, y de allí, al corazón de Madrid: ese ha sido el periplo personal y profesional de Emma Y. Morales Duque, conocida en el mundo de la moda como Emma Móz.
De su infancia en Cuba, en los años más duros del período especial, Emma recuerda la inspiración que significaron sus dos abuelas: la materna, Zoraida, de quien aprendió los rudimentos del oficio en la máquina de coser que tenía en casa, y la paterna, Emma, de quien asumió el nombre artístico y la pasión por la alta costura, el diseño y el preciosismo en el acabado de las piezas.
Según la propia artista ha reconocido en varias entrevistas, atesora con especial cariño las anécdotas de su niñez, cuando intentaba dar vida a sus ideas a escondidas de sus abuelas y arruinaba sin remedio los tejidos de no pocas clientas.
A los 15 años ya diseñaba y cosía sus “modelitos”, lo cual era una proeza en la Cuba de entonces que, como ahora, estaba signada por la escasez de recursos, entre ellos, los tejidos.
Pero no sería en Cuba, sino en Venezuela, donde entraría por la puerta ancha del mundo de la moda. Emigró a ese país latinoamericano con 20 años y, apenas un lustro después ya había fundado la marca Flowers, al principio un pequeño negocio familiar que devendría exitosa empresa reconocida a nivel nacional con sus osadas colecciones, inspiradas en la proverbial belleza de la mujer venezolana.
En Flowers, Emma comenzó a modelar la estética que la define y singulariza en tiendas y pasarelas: el rejuego constante de los colores y las texturas, los vasos comunicantes entre la alta costura y la moda —digamos— popular, la apropiación de los más diversos códigos en función de realzar la belleza de las mujeres latinas. Y todo ello con una cultura del detalle llevada al extremo.
Actualmente vive en España, donde se graduó de la escuela de diseño de modas Kroom Dos Madrid y, en 2016, lanzó su marca Móz, en la que perfila y renueva su estética, enfocada principalmente en la mujer española y esta vez apunta más allá, a la moda femenina internacional.
“Tu vida debe ser tan grande, que no te puedes permitir actuar en pequeño, no hay imposible si te esfuerzas lo suficiente y trabajas con el corazón”, ha dicho la propia Emma y en esa frase resume su filosofía de trabajo, que le ha permitido expandirse y consolidar su empresa.
Sus colecciones están disponibles en su página web y el establecimiento que mantiene en el centro de Madrid, aunque se encuentra enrolada por estos días en el lanzamiento de una nueva vertiente de su trabajo: la marca de ropa Messcacchiera.
Desfiles, premios y reconocimientos en importantes eventos y el placer de que no pocas celebridades, como Chenoa y Amaya Montero, hayan usado sus diseños son algunas de las satisfacciones que la vida le ha deparado a esta cubana que se ha atrevido a bailar en casa del trompo o, lo que es lo mismo, a triunfar en Europa, la meca de la moda.
