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Texto: Raúl del Pino
El equipo Cuba se sacudió de todos los fantasmas que lo azotaron en el pasado y logró este miércoles una victoria épica ante Australia en el Clásico Mundial que quedará inmortalizada como otros de los grandes momentos de la rica historia del béisbol insular. El ya reconocido mundialmente #TeamAsere mantuvo la tradición ante el elenco de la Isla Continente y se anotó otro peleado triunfo de 4×3 para sacar boleto a la ronda final en la urbe estadounidense de Miami.
Aunque sobre el papel los caribeños llegaban como favoritos, nadie se atrevía a pronosticar un éxito fácil en el crucial partido de cuartos de final en el majestuoso Tokyo Dome de la capital japonesa. Los tres últimos lustros de reveses en el panorama internacional enseñaron a la afición cubana a sufrir en silencio, pero esta nueva sonrisa les devuelve la ilusión y catapulta a la selección de las cuatros letras al primer plano universal, algo que no ocurría desde el primer Clásico en 2006.
Varios momentos del desafío hicieron pensar a más de uno en algún deja vú de ediciones anteriores, como cuando en 2013 Cuba se quedó a las puertas de las semifinales tras regalar la victoria ante Países Bajos. Sin embargo, esta vez los errores y malos corridos de bases no pasaron factura y la novena antillana pudo asegurar su tercera victoria en línea, tras encajar sendas derrotas en sus presentaciones iniciales.
Team Cuba is feeling all the emotions after this win.#WorldBaseballClassic pic.twitter.com/JM8mKp16no
— World Baseball Classic (@WBCBaseball) March 15, 2023
El diestro Yariel Rodríguez comenzó imponente desde el box, pero en el segundo capítulo perdió el comando de sus envíos y permitió la primera carrera del juego. En los dos capítulos siguientes el camagüeyano tampoco logró controlar de forma eficaz sus lanzamientos, por lo que la dirección decidió retirarlo tras regalar un total de cinco boletos, y encajar una limpia y dos imparables en 3.1 de actuación.
En su rescate vino otro derecho, Luis Miguel Romero, autor de par de relevos de alta calidad en la fase de grupos. El guantanamero volvió a responder dejando en cero a la tanda australiana y caminar 1.2 entradas de excelente factura. Para el momento en que el lanzador de los Oakland Athletics terminó su trabajo, el partido ya estaba empatado por un rodado de Luis Robert Jr. que impulsó a Roel Santos en el tercero.
Pero en el final del quinto la tanda antillana se reveló. Primero con sacrifly de Alfredo Despaigne con la casa llena y luego sencillo remolcador de dos carreras de Yoelkis Guibert, el score se puso cuatro por uno para los cubanos cuando faltaba menos de la mitad del choque.
Una nota aparte merece el antesalista Yoan Moncada, quien luego de fallar ocho veces al bate seguidas en los dos primeros encuentros, se ha erigido líder indiscutible del line-up con una disertación desde ambos extremos del cajón de bateo. El cienfueguero de los White Sox hoy se volvió a lucir hoy con par de imparables e igual cantidad de boletos, para embasarse las cuatro veces que se plantó ante home.
Con ventaja de tres en la apertura del sexto, el mánager Armando Johnson no se lo pensó dos veces y en una decisión cuestionada echó manos de su mejor carta, el zurdo Roenis Elías, previsiblemente el abridor del hipotético juego semifinal. Si no lo trajo en sustitución de Yariel Rodríguez antes, pocos se esperaban que lo hiciera en esa instancia, cuando tenía otros brazos de calidad a los que acudir en el bullpen.
La jugada casi sale mal porque el pitcher de los Chicago Cubs no fue bien recibido en la alta del sexto. Tras una imprecisión defensiva del paracortos Erisbel Arruebarrena, el sexto madero australiano Rixon Wingrove despachó un largo cuadrangular a la grada del jardín derecho, con hombre en primera base, que recortó la diferencia a 4×3.
Los nervios comenzaron a aflorar en un equipo cubano que no pudo volver a ampliar la pizarra aunque no le faltaron oportunidades para ello. Pasado el susto, Elías se recompuso y logró retirar dos entradas sin más anotaciones, lo que dejó la mesa servida para los dos cerradores estrellas de la Liga Japonesa.
Y Liván Moinelo y Raidel Martínez hicieron el trabajo, aunque no sin antes hacer sufrir un poco más a los millones de fanáticos cubanos que seguían el partido en distintos usos horarios por todo el planeta. El zurdo de los Halcones de Softbanks supo autorrelevarse tras meterse en complicaciones en el octavo, y más tarde el apagafuegos de los Dragones de Chunichi se mostró intratable para retirar de uno, dos y tres el noveno.
Con una slider a 86 millas llegó el out 27 de Australia y la añorada victoria para Cuba, que ha sabido renacer como el ave Fénix en un torneo donde estuvo a punto de firmar otro fracaso de grandes dimensiones hace apenas unos días. La euforia y la celebración se desataron en el centro del diamante y luego en el club house, antes de que todo el equipo se retirara hacia el hotel para hacer las maletas rumbo a Miami.
Precisamente en el LoanDepot Park de la Pequeña Habana jugará Cuba su próximo partido el domingo 7:00pm ET contra el ganador de la llave D y el segundo lugar de la C. Un juego que estará matizado por mucho más que béisbol y promete más emociones, si caben, que las vividas hasta ahora.
