Foto: Vanito Brown | Facebook
Texto: Michel Hernández
Vanito Brown acaba de poner en circulación un nuevo single. Lleva el nombre de Boca arriba y sobrecama y ha sido resultado de un proceso, digamos, curioso.
El tema lo terminó en Miami donde reside hace más de 10 años, pero lo comenzó a escribir en Madrid nada menos que entre el tiempo que va de 1999 al año 2000.
El Vano, como lo conocen sus amigos, está aprovechando la tarde de Miami para promover su nueva canción. La sube a sus redes sociales y la comparte con su grupo de amigos por Whatsapp. Le pregunto por la espera y El Vano explica, a grandes rasgos, su proceso creativo.
“Desde siempre suelo no dar por terminado un tema hasta que no es publicado fonográficamente. Aprovecho y le voy respetando la vida, que es de cambios». El Habana Abierta tiene un nombre para el ir y venir de estas aguas. “Incubación” le llama y el rótulo de alguna manera se relaciona con El Vano que era antes cuando tenía algo más de 20 años y rompió la escena underground habanera con Lucha Almada y su disco Vendiéndolo todo y luego repitió la dosis a mayor grado con Habana Abierta. Pero de esos tiempos huracanados hablaremos después.
El músico se nombra y se define. “Soy el mismo río con nuevas aguas” y regresa al proceso de grabación del tema que la ha puesto ganas por estos días, en los que además está movido por la unión posiblemente definitiva de Habana Abierta desde hace ya hace algunos años, con sus miembros originales.
“Le presenté a Yadam (un respetado productor cubano) una maqueta con una idea de por donde lo quería y como es de esperar de él lo llevó a donde iba y como iba”, dice.
La canción tiene que mucho que ver con una especie de arqueología creativa, de indagación en las maletas de viaje, en esos recuerdos que se van agolpando, pero los dejamos ahí como una fotografía de la vida. “Este es otro de los temas, como Arrímate, de una serie que vengo revisando y rescatando. Hay un buen puñado, y también cositas nuevas que también voy a ir sacando entretanto”, añade.
Es muy posible que entre los seguidores de Vanito o El Vano, como prefieran llamarle, comiencen a crear expectativas esas “cositas nuevas” que anuncia el músico.
Hace algunos años siguió una senda creativa que dio lugar a uno o dos temas en los que el artista parecía haberse extraviado de sí mismo. Una de esas canciones tenía en su video una piscina detrás y una letra y una escenografía en las que no se llegaba a asomar completamente su genio creativo. Chévere era una de esas canciones que no tuvieron la mejor fortuna dentro de su obra. La trayectoria de cualquier músico pasa por diversas etapas de mayor o menor esplendor de los que algunos sacan sus propias indagaciones para seguir en la ruta. Y Vanito también habrá extraído sus experiencias para seguir alimentando el hambre por la autenticidad que no lo abandona. El nuevo tema es una excelente prueba de ello.
Vanito es una de las figuras fundamentales de Habana Abierta. Todavía se recuerdan aquellos conciertos que trajeron de regreso a la banda casi en pleno a La Habana en un lejano 2003. En medio de los preparativos para la gran explosión en La Tropical ofreció un par de presentaciones en la capital para presentar o estrenar un grupo de canciones que eran la banda sonora de las furiosas y despampanantes arterias de la ciudad. De la otra ciudad.
“Lo recuerdo como la fiesta más grande y pepilla y loca de mi vida. Fueron pocos días especialmente intensos y felices, extraordinarios en nuestras vidas y también en las de tanta gente que no paro de conocer y me dicen haber estado allí esos días y aquella noche en concreto”, recuerda el autor de Son iguales.
El músico no ha podido olvidar la fecha. Como tampoco la olvida el resto de los integrantes de Habana Abierta. Algunos tenían sus propias razones para estar ahí y esas razones eran el principal punto de unión a pesar de las diferencias ya superadas que vinieron después y provocaron la ruptura de la leyenda. Otros también tuvieron razones para no estar en los conciertos que luego, en distintos años, volvió a ofrecer la banda en la ciudad.
“Siempre tuvimos fe de tocar un día para nuestro público natural en Cuba, pero no nos esperábamos tanto, Fue catártico para todos y aún para los integrantes que no estuvieron. Ya veníamos reuniéndonos en torno a lo que fue después Boomerang”.
Vanito repasa algunas de las “voluntades” que incubaron, para tomar un préstamo de sus palabras, ese concierto. “Hubo muchas voluntades a favor de que sucediera y lucharon en Cuba por eso. Darsi, Manduley Perugorría Luis Alberto García Carlos Varela, Kelvis que ya llevaba un tiempo en La Habana, y fundamentalmente el público tan amplio que lo respaldó todo”.
Todos sabemos que La Habana ya no es la misma de aquellos años catárticos. La Habana es otra cosa, un amasijo de incertidumbres donde para algunos impera la soledad y el desarraigo y para casi todos se agudiza por día una crisis sin luz al final del túnel. Pero, por qué no, algunos siguen soñando con otro concierto de Habana Abierta en la ciudad, quizá para romper la soledad, quizá para sentirse que son parte de esa resistencia personal que hurga en las noches y trasciende la cotidianidad de la crisis. Y la respuesta de Vanito a la idea está entronizada en los códigos más arraigados de Habana Abierta. “Ay mijito…”, ironiza y de pronto a alguien se le podría ocurrir gritar desde su fuero interno, “Ojalá”.
(Vanito actuará el sábado 29 de junio en la legendaria Sala Clamores, de Madrid).
