Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Foto: Evento Cubadisco | Facebook
El Cabaret Tropicana de La Habana volvió a convertirse en epicentro de la música cubana, al ser escenario de la gala de nominaciones del Cubadisco 2025, dejando claro que, a pesar de las crisis y carencias que atraviesa el país, el arte sigue sobreviviendo fuerte.
Con 204 obras presentadas, y solo 100 finalistas entre fonogramas y audiovisuales, el evento repartió 141 nominaciones en 35 categorías.
Como el artista más nominado aparece el joven músico Rodrigo García Ameneiro, con ocho menciones con tres producciones, y un rango creativo que va desde la trova de concierto hasta el audiovisual de larga duración. Confluencia de pianos II, Los días de gloria y El piano latinoamericano y yo resumen un trabajo coherente, técnicamente impecable y musicalmente sólido.
Y mientras el piano suena fuerte, Bis Music pisa el escenario con una presencia difícil de ignorar, alcanzando 24 nominaciones en 16 categorías. Desde el son patrimonial de las Estrellas de Buena Vista hasta el jazz de Sin Alarde, pasando por propuestas infantiles, audiovisuales y hasta mini álbumes, su catálogo habla de amplitud y estrategia. Bis Music llega al Cubadisco 2025 como una discográfica que entiende el momento y apuesta por sostener la excelencia.
Hay otras figuras con varias nominaciones que también llaman la atención. Tal es el caso Amaury Pérez, Luis Barbería, Issac Delgado, Manolito Simonet, la Orquesta Anacaona, y la incombustible Orquesta Aragón. Pero no todo fue para los consagrados. Esta edición también abrió espacio a rostros nuevos como Annys Batista, Pedro Sánchez, y los dúos Los Hermanos Abreu y Aguas de Marzo, que se abren paso con fuerza propia.
Cubadisco no incluyó al reguetón como categoría. Solo dejó espacio para Hip-Hop y Pop Urbano en la categoría de música urbana. Un gesto que confirma, una vez más, que la relación del certamen con los géneros más populares sigue siendo tensa, a pesar de que se ha llevado a debate el impacto del reparto en la Isla.
En diálogo con OnCuba, Cary Diez, presidenta del Comité del Premio, fue clara: este año no hubo música campesina ni de archivo. Explicó que muchas obras presentadas carecían de unidad conceptual. Discos que son más playlists que fonogramas. Buenas canciones, sí. Pero sin narrativa ni coherencia visual o sonora, difícilmente clasifican.
En el caso de los audiovisuales se estrenó una nueva forma de competencia: larga, media y corta duración, dependiendo del tipo de concierto o realización. Un paso que apunta a diversificar las formas de producción, especialmente en tiempos donde el video sigue ganando peso en el consumo musical.
Los premios se entregarán el 21 de mayo, en el marco de una semana que incluirá conciertos, presentaciones, encuentros profesionales y más. Cubadisco, recordemos, es mucho más que una gala de premiación, resulta una radiografía del estado de la música cubana, aunque excluya géneros que hoy no pueden ignorarse y recaiga en la polémica por tal decisión.