Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Foto: Archivo CN360
A sus 91 años, el actor Jorge Losada, leyenda indiscutible del teatro y la televisión en Cuba, vuelve a necesitar de la ayuda de sus compatriotas. Esta vez, su salud lo obliga a depender de una silla de baño que él mismo no puede costear ni conseguir por vías institucionales.
El llamado no vino de un canal oficial, ni de una institución cultural. Fue Luis Lacosta, director de arte del ICAIC y amigo cercano del artista, quien usó su cuenta de Facebook para solicitar el equipo médico. “Las personas que lo están cuidando les es imposible sostenerlo en el baño”, explicó Lacosta, compartiendo fotos de dos modelos de sillas que podrían ayudar a Losada en esta nueva etapa de deterioro físico.
Michel Vega, productor audiovisual, también se sumó a la campaña de apoyo. Recurrió a las redes sociales para amplificar el mensaje: “Hermanos, ayudemos a este talentoso actor a conseguir esta silla de baño”. En su post recordó lo que Jorge ha significado para la cultura nacional. “Si te toca esta publicación y tienes corazón, ayudémoslo”, escribió.
La situación no es nueva. Jorge Losada ha atravesado múltiples problemas de salud en los últimos años. En abril fue hospitalizado por complicaciones con una prótesis de cadera que lo dejó en una silla de ruedas. En 2021 necesitó donaciones de sangre tras una cirugía que lo dejó con anemia severa. Cada urgencia ha sido atendida más por la comunidad que por el Estado.
La precariedad con la que sobrevive no solo es una historia personal, sino un síntoma de una enfermedad mayor: el abandono sistemático del Estado a sus artistas mayores. El pasado 30 de abril, Losada fue dado de alta del Hospital Fajardo tras una complicación no especificada. Luis Lacosta agradeció públicamente a los médicos, pero ni una palabra de apoyo vino de las autoridades culturales.
Este reconocido artista, que hasta 2023 seguía actuando en la televisión nacional —su última participación fue en la telenovela Renacer— hoy depende de favores y publicaciones en redes sociales para cubrir necesidades básicas.
La no primera dama es verdaderamente una chancletera de solar, con esa verborrea de barracón solo pone en evidencia la falta de lo mas mínimo de diplomacia, la violencia ya sea verbal o física es miedo a las ideas de otras personas y la no firmeza o carencia de la qué se dice poseer, que esperan para cerrarle su cuenta?.