Foto: Camila Guevara | Instagram
Texto: Fede Gayardo
La cantante cubana Camila Guevara Milanés presentó recientemente su primer álbum ‘Dame flores’ en México, con el cual pretende plasmar su estilo y desmarcarse de los encasillamientos ideológicos y artísticos de sus abuelos, Pablo Milanés y Ernesto Che Guevara.
Según sus declaraciones a la agencia EFE, la artista de 24 años aseguró que aunque porte el legado de ambos como nieta, evita quedar encasillada bajo esos referentes porque “somos personas diferentes, con diferentes momentos, inquietudes (…). Ellos se permitieron ser quienes fueron. Yo me estoy permitiendo ser quien quiero ser”.
‘Dame flores’ contiene 12 canciones y según su autora “fue como un laboratorio”, un espacio donde la honestidad no se traduce en “transparencia emocional, sino fidelidad a una necesidad creativa urgente”.
Como parte de sus declaraciones, la joven afirmó que ada género musical le ha brindado la oportunidad de indagar en diferentes matices de su historia: “Me gusta cómo darles lugar a las diferentes emociones. Hay canciones que nacen de la ira, de la frustración y del dolor, y se convierten en eso: un reproche, un despecho”.
También hay otras canciones que “surgen desde la calma o la ternura, pero también hay otras que son así, más livianas, honestas”, todo esto lo hace recorriendo sonoridades que van desde el son cubano, el chachachá y la salsa, hasta la trova, el pop, el rap, el rock e incluso el reguetón.
“Me pareció muy divertido también el hecho de tener un disco medio extremo con un rap que era medio sexual, experimentar ese tipo de escritura, y también tener canciones más profundas con imágenes más poéticas”, dijo a la agencia española de noticias.
Más adelante insistió en que “como yo no escucho tantos álbumes enteros, quería hacer uno que funcionara como una playlist. Que tuviera todos esos momentos, esos viajes emocionales que yo misma tengo”.
En cuanto al proceso de creación, Camila Guevara reconoció que “fue difícil, doloroso” debido a la carga emocional de cada melodía. No obstante, acepta que ese sufrimiento se transformó en fuente de inspiración.
“Muchas de nuestras heridas somos nosotros de alguna manera, pero a la vez tenemos el poder de ir transformándolas”. Con estas palabras, la cantautora cubana inicia una travesía con la que, más allá de sus apellidos, intenta posicionarse como una creadora auténtica en el panorama musical actual dentro y fuera de la Isla.