Foto: Shuterstock
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Año tras año durante los meses de verano se vuelve más notorio un fenómeno de larga data en el balneario de Ancón, como en casi todas las playas de Cuba: comerciantes estatales y privados se “reparten” la duna y entorpecen el libre tránsito y disfrute de las áreas de baño.
Con el propósito de “meter en cintura” el problema antes de que comience oficialmente el verano, la Dirección Municipal de Ordenamiento Territorial y Urbanismo de Trinidad toma medidas sobre los actores económicos estatales y particulares que en el litoral sur limitan la máxima de que “las playas son de libre disfrute para todo el pueblo sin que medie obstáculo alguno”.
De acuerdo con reportes de la prensa local, en recorridos sistemáticos de directivos y técnicos de la entidad la ocupación ilegal de espacios públicos en el área de la duna emergió como un asunto preocupante, con mayor visibilidad en el balneario Ancón, uno de los más visitados por el turismo nacional y foráneo.
Blanca María Pérez Bravo, directora de Ordenamiento Territorial y Urbanismo de Trinidad, admitió que su equipo de especialistas ha tenido que lidiar con la incomprensión de estatales y particulares, quienes inconsultamente se adjudican zonas para el ejercicio de su actividad comercializadora.
“Allí nos vimos en la necesidad de tomar medidas desde el punto de vista legal —reconoció Pérez Bravo—. A nosotros lo que nos hace falta es que se erradiquen todas las ilegalidades, la imagen que tiene las playa hoy es otra”.
La propia fuente subrayó que la misión del organismo que dirige es ordenar sobre la base de las normas establecidas, siempre con el apercibimiento como recurso inicial, y agregó que solo se recurre a la multa cuando la contravención no es erradicada.
La ocupación de los espacios de sombra debajo de las sombrillas de guano y los árboles, la delimitación de determinadas áreas con cercas o sogas para la actividad económica y la señalización con vallas o carteles que no han sido debidamente autorizados figuran entre las violaciones más recurrentes.
Aunque la funcionaria insistió en que las playas son públicas para el disfrute de todos, no para el enriquecimiento ilícito de algunos, la temporada de verano 2025 demostrará en la práctica la eficiencia de esta especie de cruzada contra los usurpadores de la duna.