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Texto: Fede Gayardo
Cuba se ha destacado siempre por su singularidad lingüística, al punto de ser considerada una de las variantes más complejas de comprender para los hispanohablantes de otras regiones.
Esta complejidad no es casual; es el resultado de una rica amalgama de influencias históricas, culturales y sociales que han moldeado el español cubano en una forma distintiva y vibrante.
A juzgar por la plataforma UniMaps, el español “cubano” clasifica como uno de los “muy difícil” de entender. Junto a la Isla, se encuentran algunos países como Venezuela, Panamá y la región Sur de España, aunque vale precisar que Chile está incluido en la última categoría en la que el español que se habla es apenas entendible para muchos.
El vocabulario cubano es un reflejo de su historia multicultural. Palabras de origen africano, taíno, inglés y de otras lenguas se han integrado al español de la Isla, creando un léxico único. Términos como “guagua”, “asere” y “jamar”, son ejemplos de esta riqueza lingüística .
También se caracteriza por una pronunciación que desafía las normas tradicionales del idioma. La aspiración o eliminación de la “s” al final de las sílabas es común, así como la sustitución de la “r” por la “l” en algunas palabras, son algunas costumbres que hacen único el hablar de los cubanos.
Estas características fonéticas, junto con la rápida velocidad del habla y la omisión de ciertas consonantes, pueden representar un reto para quienes no están familiarizados con esta variante del español.
Dentro de Cuba, existen también diferencias notables en la forma de hablar entre las distintas regiones. En el oriente del país, por ejemplo, el español presenta una mayor influencia africana y caribeña, con una entonación más melódica. Estas variaciones regionales enriquecen aún más el panorama lingüístico y contribuyen a su complejidad.
Según algunos especialistas, su evolución ha sido influenciada por diversos factores históricos y sociales, convirtiéndolo en un símbolo de la diversidad y resiliencia del pueblo cubano. Para los lingüistas, por ejemplo, el español de Cuba representa un campo de estudio fascinante y una oportunidad para explorar la riqueza de las variantes del español en el mundo.