Cinco costumbres que definen a un cubano

Foto: Cuba Noticias 360

Texto: Hugo León

Cuba no sólo es la tierra de escasez y de apagones en la que se ha convertido con el paso de los años. Cuba es también un lugar de costumbres, tradiciones, y hogar de una cultura rica y diversa que abarca sus lugares y la gente que los habita. 

No en balde dicen muchos que el cubano se reconoce a la legua, sin importar donde esté. Y esta teoría se ha puesto más que a prueba en los últimos años con las oleadas migratorias que han arrastrado a cientos de miles de cubanos hacia las más diversas latitudes.

Como sentenciaron Alexis Valdés y Willy Chirino: “Donde quiera que yo estoy yo soy cubano, en el último rincón, el más lejano, siempre fui y siempre seré, cubano”.

Pero, ¿qué caracteriza a ese “cubano” del que hablamos? Hasta grandes pensadores como Don Fernando Ortiz se refirieron a la cubanía como un “ajiaco”, metáfora con la que explicaron la diversidad de raíces y tradiciones de las que ha bebido la isla por siglos, como la española, la caribeña, la africana, la india y la china… 

Podríamos estar horas y horas disertando sobre el tema y caracterizando a los cubanos, pero yendo al grano, acá van cinco costumbres que definen al espíritu cubano.

-La hospitalidad

En Cuba, recibir a un invitado es más que un acto de cortesía, es un gesto de hospitalidad. Desde el primer momento en que pones un pie en otro hogar cubano, te sientes como en casa, rodeado de personas dispuestas a compartir lo que tienen y a brindarte la bienvenida.

Tal vez será por las vicisitudes que le han traído los años, o por las raíces que cimientan su identidad, pero el cubano es por lo general un ser hospitalario y bonachón que prefiere dormir junto al vecino en el sofá que verlo dormir en el piso.

-La música en las venas

En Cuba, la música y el baile son una parte inseparable de la vida diaria del cubano, una expresión que se desborda en cada casa. Desde los acordes del son cubano hasta el ritmo de la salsa y el sonido melódico del bolero, la música cubana no sólo es contagiosa sino que cada persona parece tener cierta predisposición a ella y a los bailes. 

No es casual que casi todos los cubanos sepan bailar y que si se lo proponen aprendan cualquier ritmo con facilidad, el cubano es definitivamente un ser musical.

-El cafecito, fuerte

Poquito, pero oscuro, bien fuerte. Así toman los cubanos el café, y es por eso que al llegar a tierras distantes los cientos de cafés disponibles con diversos sabores, consistencias y adornos llaman su atención pero al final del día descubre que “no son lo suyo” y que eso en realidad “no es café”.

Ese cafecito se acompaña en la mayoría de las ocasiones con una buena charla de cualquier tema, y no se toma necesariamente en la mañana: cualquier momento es bueno y si es acompañado, el cafecito sabe hasta mejor.

-No quedarse callado 

Puede que no muchos cubanos hayan viajado al espacio pero todos los cubanos saben de astronomía. También saben de huracanes, de historia, de arte, de teatro, de pelota, de fútbol, de chapistería y de albañilería… y si no saben, da igual, es difícil que un cubano se quede callado en una conversación. Sí o sí, “hay que meter la cuchareta”.

Es que el cubano es un ser jovial que adora por sobre muchas cosas compartir lo que sabe, y de lo que no sabe, se lo inventa y allá va eso. El caso es que en una buena charla, si usted ve a un cubano quedarse callado, es que se siente mal. Garantizado.

-Compartir, lo poquito y lo mucho

En Cuba no sobra, sino todo lo contrario, faltan muchas cosas, sobre todo materiales. Es por eso que llama tanto la atención que los cubanos, en muchas ocasiones los más humildes, son tan dados a ofrecer lo que tienen.

¿Cuántas veces se ha visto a un cubano pidiendo un poquito de sal, o de azúcar, o un huevo para completar el almuerzo? Escenas de este tipo se viven a diario en la isla y hablan de un pueblo que aprendió a navegar ayudando y siendo ayudado, en los momentos difíciles que le han obligado a vivir.

Y tú, cubano, ¿te sientes identificado con estas cinco costumbres?