Texto: Raul del Pino
Fotos: RL Hevia
Aunque como deporte saltó al mundo hace pocos años bajo el paraguas de las Confederación Mundial de Beisbol y Softbol (WBSC), en Cuba podría decirse que se juega hace muchos, muchísimos años, con el popular nombre de “cuatro esquinas”. No por gusto el -más estilizado- Baseball5 nació de forma oficial justo en el parqueo del legendario estadio Latinoamericano en el año 2017.
Y es que en eso consiste esta todavía novedosa disciplina, que reúne a un puñado de entusiastas, alrededor de tres bases y tiene una pelota de goma de único implemento. La presencia tanto de hombres como mujeres en un mismo equipo, también es otro de sus refrescantes aportes.
Como no podía ser de otra forma, la isla bañada por las aguas del mar Caribe es potencia aquí, porque cuando un país trae en sus venas el béisbol, cualquier juego que derive del mismo, va a tener en los antillanos como protagonistas de primer nivel. Las coronas mundiales de mayores en México 2022 y juvenil en Ankara 2023, así lo ratifican.
Por otra parte, a nivel visual es un deporte que ofrece un espectáculo rico y diferente. La velocidad y la iluminación juegan un rol clave para que el fotorreportero sea capaz de atrapar los instantes claves de un partido que no suele extenderse más de una hora.
Y para muestra, qué mejor escenario que la final nacional que esta semana acogió el legendario Coliseo de la Ciudad Deportiva habanera, coincidiendo el día mundial de la WBSC. En duelo inédito por el título, Guantánamo se proclamó el nuevo campeón cubano al vencer en dos sets a Artemisa (6-0, 7-1) y las imágenes prácticamente hablan por sí solas.
