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Texto: Hugo León
A más de un boxeador amateur le ha quedado grande el ring al llegar al profesionalismo, pero ese no es el caso de Andy Cruz, quien llegó hace unos meses a Estados Unidos y no sólo ha ganado, sino que ha sido rotundo en sus encuentros.
Tres victorias seguidas suma Andy Cruz tras su encuentro de ayer con el púgil Brayan Zamarripa, y aunque algunos medios foráneos criticaron que el cubanito no haya ganado por knockout, lo que cuenta es su éxito en el combate.
Sucede que Cruz es nuevo en el circuito profesional, pero su nombre es más que respetado en los círculos del boxeo en general por sus triunfos como amateur y por su calidad como peleador.
Desde Cuba se le ha considerado el más completo de su generación, y valga que de su edad hay varios consagrados en la nación caribeña.
Cruz fue campeón en las Olimpiadas de Tokio 2020, campeón del mundo en 2017 y 2019, medallista de oro en los Juegos Panamericanos de 2019. Con ese palmarés salió de Cuba a probar suerte en el boxeo profesional y los analistas del deporte le auguran bastantes años de éxito y gloria si continúa preparándose y sigue enfocado.
“Lo que vengo diciendo desde hace tiempo es que quiero ser el mejor, y quiero dar pasos de gigante’‘, dijo Cruz al finalizar la pelea, y a juzgar por lo visto en el cuadrilátero del Hotel Caribe Royale de Orlando, Florida, nivel tiene, y también un futuro de oro.
Desde bien temprano la pelea se fue de un sólo lado, con Cruz desbordando a su rival, que nunca llegó a descifrar al cubano. Tal vez por esa tranquilidad el cubano no se desesperó en buscar el KO, y prefirió avanzar con comodidad round a round.
De acuerdo con medios especializados, Cruz tiró al menos 312 golpes, de los cuales impactaron satisfactoriamente 142. Mientras que su oponente habría intentado alcanzarlo en unas 133 ocasiones, de las que conectó en apenas 26.
Al final, los tres jueces presentes dieron la victoria a Cruz, con 100-90, y el cubano conservó su título Continental Latinoamericano de la AMB y su Internacional de la FIB.
