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Texto: Redacción Cuba Noticias 360
La escritora cubana Wendy Guerra denunció la situación actual que se vive en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños (EICTV) y que devinieron en recientes protestas de sus estudiantes.
A través de su perfil en Facebook, la narradora aseguró que la institución, “ese lugar donde estudiamos y crecimos cientos de artistas, intelectuales, y técnicos relacionados con el cine de los ‘Tres Mundos’, pasa hoy por su peor crisis desde su fundación, el 15 de diciembre de 1986”.
Primeramente, recordó que la escuela es una institución no-gubernamental, “donde los alumnos cubanos y algunos jóvenes extranjeros recibimos becas para nuestra formación, pero donde generalmente las familias de todo el mundo pagan por la matrícula y participación de su hijos y familiares, tanto en el curso regular, como en los diferentes talleres impartidos por profesores y expertos en materia cinematográfica”.
Entre los elementos que distinguen al centro, único de su tipo en Cuba, Guerra escribió que “para nadie es un secreto que los estudiantes de la escuela tenían una convivencia tan aislada como diferente, una formación poco esquemática, otro modo de entender la enseñanza, con libertades y condiciones de vida, nunca antes vistas dentro de la cuadratura del círculo y la asfixia institucional en la isla”.
Respecto a las “acaloradas protestas en el interior de la escuela” sucedidas recientemente, la intelectual relevó que los motivos principales son los “problemas de abastecimiento, robos, pero sobre todo, la manera poco seria en que la dirección ha evadido el asunto, sin dar la cara a los alumnos, ni interesarse por su situación”.
Más adelante, recalcó que la mayoría de los estudiantes pagan una cuota para estudiar en el centro, y que “estos pagos sustentan un proyecto que ya en nada recuerda a los pilares de su fundación”.
Para ampliar sobre la situación de la EICTV, Guerra informó que según fuentes internas consultadas por ella, “las condiciones generales, tanto de alimentación, higiene, materiales para trabajar y aprender, así como la situación del transporte, sumado a la inseguridad interna por no tener los custodios necesarios, contrasta con la ‘buena vida’ de su directiva”.
Entre los ejemplos de este último asunto citó “los constantes viajes que provocan la ausencia de su directora: Susana Molina (algunos en primera clase) y la casi inexistente presencia de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, en la figura de Alquimia Peña, transparenta una amarga y terrible verdad”.
Además, aseguró que “se han olvidado de los alumnos” e insistió en que “quienes tienen en sus manos la dirección de la escuela deben recordar que este no es un medio de vida, sino un modo y vehículo de enseñanza, de transmitir conocimiento y de generar talentos”.
Los reclamos de los alumnos, según contó Guerra, están referidos a mejorar sus condiciones, “esas que ellos mismos pagan para disfrutar de una estancia con un mínimo de condiciones, y piden, además, que la Fundación del Nuevo Cine, designe a un director extranjero que no esté al servicio de los intereses internos del país”.
Refiriéndose a las autoridades de la isla, la escritora sentenció que “una vez más olvidan que esta escuela cuenta con un financiamiento privado, se trata de una escuela diferente, con estatutos lejanos a los del resto de la enseñanza artística nacional”.
“La intervención de fuerzas estatales, policiales, o represivas, la alejarán dramáticamente de su verdadero sentido fundacional: LA LIBERTAD CREATIVA”, concluyó su texto en la red social.
La EICTV está asentada legalmente dentro de los predios de la llamada Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, que diseñó, solventó y presidió Gabriel Garcia Márquez, recordó también Wendy Guerra.
Durante sus años de actividad el centro ha logrado graduar a importantes cineastas jóvenes cubanos y extranjeros que han mantenido una labor creativa tanto en la isla como en otros países.
“Para Gabo la escuela tenía fronteras con Cuba, pero no se regía por los métodos de enseñanza o de conducta del resto de las instituciones académicas nacionales. Esa fue la condición que puso Gabo a Fidel Castro, cuando se habló por primera vez de la creación del proyecto”, aseveró la autora de “Todos se van”.