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Texto: Hugo León
La crisis migratoria que atraviesa Cuba parece extenderse en el tiempo: las cifras de la cantidad de cubanos que entraron a Estados Unidos de forma ilegal por la frontera mexicana se acerca a los 180 mil, según cifras del gobierno estadounidense.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, a estos 180 mil se suman otros ocho mil que lo intentaron por vía marítima.
Las cifras superan el resto de las crisis migratorias en Cuba en las décadas iniciales tras el triunfo de la revolución, así como los 125 mil que abandonaron la isla durante el Mariel décadas más tarde y la crisis de los balseros en 1994.
Se estima que en esta última dejaron la nación unas 35 mil personas, mucho menos que las que en los últimos 11 meses han decidido marcharse del país caribeño.
Según sociólogos, economistas y también expertos estadounidenses que estudian el fenómeno de la emigración, la situación va a continuar mientras siga deteriorada la economía de la Mayor de las Antillas.
La prensa cubana, independiente o estatal, así como los diarios locales estadounidenses, dan cuenta frecuentemente de las deportaciones de personas, el tráfico de personas y las arriesgadas travesías de los cubanos que viajan hasta la frontera norteamericana por mar o por tierra.
Por mar, en el estrecho de la Florida las autoridades norteamericanas han interceptado a más de cinco mil 400 balseros y se han reportado decenas de muertes.
En el caso de la vía terrestre, los cubanos salen del país de forma legal hasta Centroamérica y luego cruzan frontera a frontera hasta llegar al norte de México, que colinda con Estados Unidos.
Mientras esto sucede, La Habana ha tenido encuentros bilaterales con Washington y México en varias ocasiones, con el fin de coordinar esfuerzos para poner fin a la emigración ilegal.
La semana pasada, por ejemplo, Estados Unidos y Cuba efectuaron un encuentro técnico entre el Servicio de Guardacostas de la nación norteña y las Tropas Guardafronteras cubanas para incrementar la cooperación en la lucha contra la emigración irregular, el tráfico de personas y drogas y la búsqueda y salvamento marítimo.
Por otro lado, el gobierno cubano considera que es Estados Unidos el principal culpable del desborde migratorio. Según La Habana, Washington incumple con los convenios pactados en materia de migración, incluyendo la cantidad mínima de visas a otorgar por la nación norteña en el país caribeño.
