Lo que pasa en Cuba cuando “se va del parque” la Guiteras

Foto: Roy Leyra | CN360

Texto: Redacción Cuba Noticias 360

La Habana apenas se entera, pero el resto de Cuba suda frío cada vez que la termoeléctrica Antonio Guiteras, de Matanzas, sale del Sistema Electroenergético Nacional. Sale o la sacan, porque a la mayoría de los cubanos les resulta cuando menos sospechoso que, por vieja y obsoleta que esté la planta, sufra tantas averías y tenga tantos mantenimientos programados; al punto de que pareciera cuestión de que a alguien se le ocurra apagarla.

Semejante matriz de opinión no es el resultado de ningún rumor lanzado por el imperialismo, sino de la experiencia de los últimos años, en que los ciudadanos de esta isla hemos aprendido a calcular cuántas horas de apagón nos tocan en dependencia del déficit diario que Lázaro Guerra anuncie en la revista televisiva Buenos días. Esperamos a este especialista de la Unión Eléctrica como antes esperábamos al doctor Durán, del Ministerio de Salud Pública, sabiendo que la noticia que estaba por darnos no iba a ser buena.

Entonces lo que parecía una duda pareció convertirse en certeza, cuando en medio de un déficit de generación alto llegó la Cumbre del G77 y China y, milagrosamente, en toda Cuba no hubo ni un apagón durante los días que duró el cónclave: 15 y 16 de septiembre.

Pero en cuanto los aviones de las delegaciones extranjeras alzaron vuelo, volvió a irse del aire la Guiteras y la gente, que ya no solo rumia su malestar, se desahoga con ganas en las redes sociales, en las colas de la guagua y, sobre todo, en los balcones de sus edificios cuando a medianoche quitan la corriente.

Ya no se guardan ni las formas: las termoeléctricas entran y salen a conveniencia, y el combustible para la generación distribuida aparece y desaparece también en virtud de los más disímiles intereses, puede leerse en las plataformas digitales de la isla. Para proteger el verano, por ejemplo, para garantizar tranquilidad ciudadana durante eventos internacionales o días conmemorativos digamos que polémicos, y para la capital de todos los cubanos, una olla a punto de estallar a la que a nadie se le ocurriría seguir metiéndole presión con apagones recurrentes.

Al resto de Cuba sí, al resto de Cuba no le queda más remedio que encomendarse a todos los santos cuando se entera de que volvió a “irse del parque” la Guiteras, esa planta generadora nombrada, irónicamente, como el patriota que en 1934 intervino la Empresa Cubana de Electricidad.

El resto de Cuba aguanta con disciplina espartana 10 y 12 horas sin corriente un día sí y otro también.