Los tres eufemismos de moda en Cuba

Foto: RL Hevia

Texto: Redacción Cuba Noticias 360

La Real Academia de la Lengua Española define la palabra eufemismo como la “manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante”. La gente en la calle —que no busca vocablos en el diccionario, sino comida en las tarimas— llama a ese fenómeno “dorar la píldora” o “untar vaselina”.

Precisamente en eso el discurso oficial cubano tiene un doctorado: en suavizar el impacto de los sucesos desagradables y rebajar el tono de lo que pudiera resultar ofensivo, incómodo, impopular. Ahí están, para probarlo, décadas de frases como Período Especial, Tarea Ordenamiento, proceso de disponibilidad laboral, contingencia energética, coyuntura, somos continuidad…

Tras el estrepitoso fracaso de uno de esos eufemismos, la llamada Tarea Ordenamiento, y en el contexto de la tensa crisis económica que amenaza con no tener fondo, el discurso oficial recurre a sus siempre salvadores malabares lingüísticos. Cuba Noticias 360 resume los tres eufemismos que están en el boom ahora mismo en los medios de comunicación del país.

1. Vulnerabilidad: Equivale a la clásica pobreza, una condición de precariedad económica que le impide a la mayoría de los cubanos cubrir sus necesidades básicas con los ingresos que percibe. Recientemente el fenómeno fue abordado en el programa televisivo Cuadrando la Caja, donde los especialistas reconocieron que la narrativa gubernamental ha sustituido la palabra pobreza por la eufemística vulnerabilidad. “En Cuba siempre se ha evitado hablar de pobreza, hay que decirlo, es uno de los debates históricos”, admitió Luis Emilio Aybar Toledo, experto invitado al panel.

A juzgar por los estándares del Banco Mundial, que considera en la pobreza extrema a quienes reciben un ingreso inferior a los 2.15 dólares diarios, más del 90 por ciento de los cubanos deben lidiar con semejante circunstancia, sobre todo si se tiene en cuenta la tasa de cambio del dólar en el mercado informal, que ya superó la cota de los 300 pesos y que vuelve sal y agua los salarios de los trabajadores y las pensiones de los jubilados.

Aun así, para declarar a alguien como vulnerable y otorgarle una prestación de alguna índole, la Seguridad Social de la isla se rige por una larga lista de requisitos que en ocasiones excluye a personas realmente necesitadas.

2. Indisponibilidad de combustible: La salida de las termoeléctricas por “mantenimiento planificado”, la rotura de las plantas y hasta los accidentes que las sacan de funcionamiento de vez en cuando no son más que trucos del lenguaje para enmascarar la verdadera razón: la falta crónica de petróleo que, para no perder la costumbre, ha sido edulcorada con la típica frase: “indisponibilidad de combustible”. Articulada así, suavemente, pareciera que sí hay, solo que no está disponible.

3. Corregir distorsiones y reimpulsar la economía: A esta expresión recurren dirigentes y funcionarios a todos los niveles para referirse a la habitual rectificación de errores que sobreviene después de cada medida fallida. Por estos días tiene lugar un proceso de discusión y debate en el seno de los centros laborales para que la gente proponga qué hacer, cómo salir del atolladero en el que está Cuba y que no fueron precisamente los trabajadores de a pie quienes llevaron a la isla a esta especie de callejón sin salida.

Corregir las distorsiones agudizadas por lo que varios expertos califican como un paquetazo de medidas neoliberales y reimpulsar una economía al borde del colapso son, obviamente, tareas tan chocantes que a nivel de discurso parece no quedar más remedio que maquillarlas con eufemismos.