Fotos: RRSS
Texto: Hugo León
Los nacidos en Cuba hace algunos años recordarán el espacio televisivo de las Aventuras, que precedía al noticiero y que regaló al público joven varias series que marcaron generaciones. Coco Verde, La Atenea está en San Miguel y Mucho Ruido fueron algunas de las más sonadas y, precisamente, en la última de estas conocimos a un grupo de talentosos artistas que conquistaron la pantalla y el corazón del público.
A Néstor Enrique Jiménez, Néstor Jiménez Jr, Nestico, como le han dicho muchos cubanos a lo largo de los años, llegué a través de las redes sociales, con la curiosidad de conocer qué giros dio la vida del actor a quien seguía cada tarde sentado frente al televisor, y por supuesto, -después de las presentaciones- mi primera pregunta no pudo ser otra…
Donde primero te vi fue en Mucho Ruido y es claro que esa serie dio mucho de qué hablar y ponía a todos frente al televisor, pero, ¿qué tal fue para ti y qué recuerdos o enseñanzas te dejó?, – A lo que el artista respondió en un audio cargado de emociones-
Mucho Ruido no fue mi primer trabajo ni mi primer proyecto en televisión pero evidentemente hay un antes y un después para la vida de todos los que participamos en la serie. No solo para mí, sino para los 16 que de una forma u otra teníamos el protagonismo. Ese antes y después se extiende a nuestras carreras, a nuestras vidas personales y a todo. Mucho Ruido nos cambió mucho y terminó de madurar a los jóvenes artistas que recién egresábamos de la Escuela Nacional de Arte, en todos los aspectos.
En mi caso, fue muy importante en mi carrera actoral y también como músico formar parte de una serie que marcó generaciones de todas las edades y que es recordada, sobre todo entre los jóvenes, es un privilegio para cualquier artista.
Lo agradezco mucho y agradezco a Mariela López Galano, quien dirigió la serie, a sus escritores y a todo el elenco, y me siento muy agradecido por haber participado en un proyecto tan lindo como este. Mucho Ruido significa demasiado.
De la serie nació un grupo de igual nombre que llegó con ímpetu al panorama musical cubano. Algunos la consideran una de las primeras «boy band» de la isla. En ese grupo tomó parte Néstor, además de Rubén Araujo, Maykel Castellanos y Carlos Luis González. Eso y la entrega a nuevos proyectos ocuparon a Néstor, quien, pasado un tiempo decidió emigrar, luego de lo cual estuvo apartado de los escenarios.
¿Qué te motivó a irte de Cuba?
Emigrar siempre quise, desde bien pequeño. Porque nací en una familia muy humilde en Guanabacoa, la familia de mi madre, donde crecí y estuve la mayor parte del tiempo. Éramos gente muy rica en lo espiritual y muy pobres materialmente hablando, así que antes de irme lo único que yo conocía era eso, la humildad.
La raíz de esas cuestiones económicas era la libertad y yo quería ser libre, salir y descubrir el mundo de verdad y no lo que me mostraban en Cuba. Yo nací libre y mi madre me crió así también, y con el poder de razonamiento para entender que en Cuba no era libre con lo que estaba haciendo en ningún aspecto: ni profesionalmente, ni espiritualmente. Yo quería vivir y experimentar la libertad.
Fue entonces que escogiste Canadá como tu destino
No elegí Canadá, sino que esa fue la primera oportunidad que se me presentó para emigrar, a través de una pareja que tuve en aquel momento, una persona maravillosa con una familia también maravillosa que me acogió y me dio amparo por cuatro años.
¿Y qué hiciste una vez allá?
Cuando me fui a Canadá no pude hacer más arte. Me convertí en carpintero, no trabajaba haciendo carpintería fina, sino como constructor levantando casas, y eso hice durante varios años.
Eso me ayudó a entender que yo había venido a este mundo a hacer cualquier cosa, no solo a tener vocación por el arte y la creación, sino también a hacer lo que mis manos y mi voluntad me permitieran, y eso he hecho. Me siento realizado y siento que me falta un océano por recorrer todavía.
En una ocasión comentaste que desde que emigraste no te cortabas el pelo. ¿Hay algún motivo especial para eso?
En la compañía donde estaba contratado en Canadá había muchos jamaiquinos. Durante ese tiempo hubo un cambio, un punto de giro en lo personal y descubrí que me tocaba vivir algo más, aprender más, tener otra lección de vida y un crecimiento nuevo. Fue entonces que drelé mi pelo con los jamaiquinos. Eso se convirtió en un símbolo y en una especie de aliento para mí como emigrante: enredar mi pelo y convertirme en un “dreadlock men”, alguien que lleva ese estilo por razones propias.
Ha pasado un tiempo ya desde eso…
Sí, estuve 10 años sin cortarme el pelo esperando poder vivir con mi madre otra vez, esperando volver a verla y abrazarla.
Emocionalmente hablando, me apoyé mucho en ello y 11 años más tarde cuando regresé a Cuba por primera vez desde mi partida, algunas personas muy importantes para mí cortaron un tramo de mis dreadlocks y se los quedaron como presente. Por ese motivo ahora los tengo un poco más cortos.
Ahora mismo son también parte de mi imagen y de mi proyecto pero empezó siendo algo muy personal por cuestiones de emigrar, por cuestiones de estar lejos de mi gente, especialmente de mi madre.
Néstor vive en Estados Unidos actualmente, y no fue sino hasta un tiempo después de haber llegado ahí, que pudo acercarse nuevamente al arte.
Canadá duró hasta que duró. En un momento decidí emigrar a Estados Unidos y mi primer año fue como el de cualquier emigrante, empezando de cero. Trabajé en almacenes e hice delivery de motocicletas en un camión por todo Miami. Ya yo venía con esa curación y ese trabajo conmigo mismo y con mi ego, y estaba en un momento de crecimiento personal intenso.
¿Qué has hecho después de volver a la creación artística y a la actuación?
Fue maravilloso llegar a Estados Unidos y que mis colegas del arte empezaran a enterarse que yo estaba acá y me llamaran del Canal 41, donde aún trabajo. Aquí empecé a actuar y retomé mi carrera musical luego de muchos años. También gané experiencia en la televisión en vivo, que es muy diferente a lo que se hace grabado, tiene su propio ritmo y normas y te da mucho “oficio”.
Gracias a un excelente actor y amigo, Héctor Medina, tuve la posibilidad de participar en una película con los chicos de El Central Producciones: “El último balsero”, donde encarné a Alex, el papel antagónico.
“El último balsero” es una película de cubanos y para cubanos, aunque está dedicada a los emigrantes en general. En ella participan actores nacidos en la isla y también otros nacidos en Estados Unidos hijos de cubanos, lo cual la vuelve muy interesante. Está disponible en HBO+.
Recientemente hice teatro junto a Alexis Valdés y soy cantante de la banda de TN3 en el Canal 41.
En estos momentos estoy en ensayos con la banda Qva Libre, pues acabo de entrar como una de las voces melódicas del conjunto. Estamos aprovechando un movimiento alternativo que está creciendo acá en Miami, con epicentro en el Midtown, y pronto tendremos conciertos, discos nuevos y más proyectos que se avecinan.
¿Cuál dirías que ha sido tu experiencia más dura como artista?
Los artistas, por suerte para algunos y por desgracia para otros, necesitamos el ego y necesitamos alimentarlo, porque es nuestro gran oponente pero a la vez un gran maestro cuando logramos ubicarlo en el sitio correcto.
Imagínate mi caso, un joven Néstor salía de Cuba con 23-24 años, muy popular y con un montón de sueños y esperanzas para mí y para los míos. Llegué a un país donde ni siquiera se hablaba mi idioma y obviamente, nadie me conocía y no habían oportunidades de trabajo en el arte, eso fue fuerte. Es verdad que actualmente respeto las labores de construcción que hice en ese momento, amo lo que aprendí ahí y amo quien salió de ahí, pero tuve un proceso difícil al ver que no podía hacer lo que me gustaba y tenía que trabajar en la construcción.
A veces antes de llegar a casa me sentaba en la acera a llorar porque yo necesitaba hacer arte y la vida no me lo estaba permitiendo. Mi Néstor artista estuvo herido, pero mi Néstor humano aprendió mucho, creció y maduró, y considero que me he convertido en un mejor ser humano gracias a eso. Entiendo la vida de una manera distinta y hago las cosas desde el amor porque lo que hacía yo era construir, era carpintero, estaba creando de alguna forma.
Y en este punto, una pequeña alerta para quienes piensan en emigrar, en especial a los artistas: estén preparados para un momento así, porque no siempre se llega haciendo lo que nos gusta y lo que mejor sabemos hacer, pero en todo lo que hagamos hay que encontrar felicidad también.
¿Néstor, cuál de los personajes que has interpretado es tu favorito?
Yo creo que me ha marcado cada uno de ellos y con todos he crecido. De cada una de esas vidas que he interpretado he aprendido y me he llevado algo. Me atrevería a decirte que mi personaje favorito es el próximo.
Te confieso que algunos me han resultado más difíciles. En ese sentido, recuerdo con mucho cariño el papel que interpreté en la película “¿Por qué lloran mis amigas?”, dirigida por Magda González Grau, donde caractericé a un joven enfermo de SIDA y compartí un par de escenas violentísimas con mi tía Luisa María Jiménez, quien es muy exigente como actriz y profesional.
Interpretar esas situaciones para un actor joven es muy complicado. La escena terminaba con muchos golpes físicos y violencia, aunque tras la edición de la directora no quedó así, pero lo que viví haciendo este personaje me lo quedé. Me sentí violentado como artista porque estamos fuera de los personajes que normalmente interpretamos, y creo que ahí es donde más crecemos.
¿Prefieres ser el bueno o el malo de la película?
Buena pregunta esa. Primero decirte que soy de los que creen que eso de ser el bueno o el malo de una película es algo ficticio. Ni el bueno es bueno del todo, ni el que consideremos el peor de los seres humanos es solamente malo. Eso es parte de la verdad de estar vivos, ¿no te parece?
Ahora, para responderte: me gusta mucho hacer personajes antagónicos, creo que son más interesantes. Se les puede “sacar más”, porque los protagónicos tienden a ser totalmente buenos y yo no creo en eso, eso deja de ser verdad para mí como actor y como ser humano.
Me gustaría hacer un poco más ese personaje bueno porque creo que no lo he hecho mucho, casi siempre me toca ser el antagónico y no sé por qué razón. Me gustaría ser ese personaje positivo para probarme más en ese campo y para crecer como actor. Pero de gustarme más, me gustan los antagónicos.
¿Además de la actuación y la música, trabajas en algún otro proyecto?
Estoy emprendiendo un negocio de un estudio de tatuajes con amigos a quienes considero mi familia. Actualmente tenemos dos locales, uno en Miami y otro en West Palm Beach y le estamos dedicando nuestros esfuerzos. Se llama Stamp Tattoo.
De hecho sus seguidores en redes sociales disfrutan a menudo de ocurrentes videos en los locales de Stamp Tattoo, en los cuales, más que hacer publicidad, se divierte con el equipo y a la vez hace reír a sus miles de fans.
¿Qué haces en tu tiempo libre, -digo si es que tienes tiempo libre con tanto entre manos-?
En mi tiempo libre por lo general acostumbro a ocuparme de mí, a hacer lo que no puedo el resto del día porque me paso muchas horas trabajando. Entonces ese poquito tiempo que tengo lo dedico a hacer aquello que necesito para crecer. Por ejemplo, hago ejercicios en las mañanas, también compongo música. Leo, para aprender, trabajar mi lenguaje y educarme. También medito mucho, para trabajar conmigo mismo y crecer personalmente.
Con Néstor hablé durante dos días. Una entrevista de esas de los tiempos modernos en que se te van las horas y la noción del periodista y el entrevistado se desdibuja un poco. Luego de revisar rápidamente el chat, con tremenda pena, solo dije… “Bueno Néstor, dos pregunticas más y ya”.
¿Si tuvieras que escoger un sueño cercano y un gran sueño, cuáles serían?
Mi sueño más cercano es traer a mi madre. Acompañado de eso quiero desarrollar mi música, algo que está muy cerca como cantante con Qva Libre y con mi proyecto solitario también. Igualmente quiero seguir emprendiendo con mis negocios en Stamp Tattoo.
Y mi gran sueño sería tener éxito tanto personal como profesional haciendo lo que amo hacer, que creo que sería el único concepto de libertad.
¿Algún consejo para quienes nos leen, especialmente para los jóvenes y artistas?
¿Soy un workaholic, sabes? El mejor consejo que puedo dar a los jóvenes artistas que hoy en día quieren ganar dinero, vivir bien y estar acomodados gracias a su carrera sin “mojarse el culo” es que hagan switch, que trabajen y trabajen duro.
El trabajo te forja, te disciplina y construye tu futuro. Que no piensen que hay un trabajo más digno que otros, todos lo son. Yo he trabajado duro por muchos años y así sigo, y estoy orgulloso de eso. He encontrado éxito y sigo recogiendo frutos de trabajar sin descanso, de poner cada gota de mi voluntad en lo que deseo y descubrir mi realidad. No se vive de ser youtuber ni de ser influencer solamente. Eso no es real, hay que trabajar y hacer de todo para ser premiados luego. Así que trabajen duro, sean honestos consigo mismos y peleen por lo que quieren, eso les va a ayudar a encontrar el camino exacto para lo que deseen hacer en su vida.
Sobre la entrevista de Néstor, me gusta mucho esa posición de «trabajen,trabajen mucho» pero aquí en su país no les vale. Y es lo que pregunto, por qué no trabajar en Cuba. Aquí también hay negocios prósperos. A ningún artista le puede ni imaginar en su cabeza, trabajar de carpintero en Cuba, que por cierto se gana buen dinero.
Vamos, allá afuera si se vale?
No, ese no es el.motivo, sea honesto Nestico.