Precios de las barberías y salones de belleza: como en Miami pero en La Habana

Foto: Jorge Luis Borges

Texto: Hugo León

Mientras millones de cubanos se las ingenian para llegar a fin de mes con la comida, el transporte y los servicios básicos cada vez más caros, otra realidad pone a prueba su resistencia y su bolsillo: la creciente escalada de precios en los salones de belleza y barberías ya alcanza proporciones preocupantes.

No se puede entender el fenómeno sin mirar el contexto: actualmente la mayoría de estos establecimientos operan en el sector privado o bajo la condición de “arrendamiento” al Estado, esta última con precios máximos establecidos pero que no siempre se cumplen. 

Además, “adornan” la situación el alza generalizada de los precios en Cuba y la necesidad de importar casi todos los insumos y el equipamiento pues la isla apenas produce y en la cosmética destacan algunos perfumes y productos para el cabello en MLC, lo demás, es comprado por el Estado el exterior, y por los trabajadores privados también.

Por último pero no menos importante, en redes sociales, los influencers y los salones del extranjero marcan las tendencias y traen la moda a Cuba. La isla, que en la década del 50 fue escenario de pasarelas de los más famosos diseñadores de moda y estilistas del mundo y que vendió y exportó looks, ropa y calzado, ahora se viste y se peina como Miami.

Todo esto influye en los precios, confirma a Cuba Noticias 360 la propietaria de un salón de belleza de La Habana, quien agrega que “cada vez son más específicas las técnicas y conocimientos necesarios, antes un desriz lo hacía cualquiera en casa pero ahora los jóvenes llegan pidiendo cortes con estilos y looks complicadísimos para los que se requieren decenas de productos costosos, mucho tiempo de trabajo y maestría”.

En 2010, con 10 o 20 pesos se pelaban los varones y con 50 o 100 las mujeres. Ya en 2019 las mujeres estaban pagando de 12 a 20 CUC por un tinte y un corte de cabello en los salones de belleza más caros y los hombres 50 o 100 pesos por el arreglo de la barba y el pelado. En 2024 la cosa es otra.

Barberías y salones de belleza en La Habana del 2024

Ahora, en las barberías “más sencillas” de la capital, el corte de cabello masculino no baja de los 200 pesos, y 400 si incluye la barba. Orlando, un barbero del Vedado, se defendió ante nuestra pregunta: “pongo cuchilla nueva para cada cliente, tengo aire acondicionado, productos de marca, la gente entra con el pelo en candela y sale irreconocible, eso por supuesto que tiene precio”.

“¿Y quién le pone precio al tiempo que estoy de pie pelando o las horas estudiadas y los videos descargados para estar al día con los estilos?, mis clientes no se quejan”, agregó, y ciertamente, con tres personas en cola esperando y otro que llamó para marcar, no se puede decir que no existe demanda del servicio pese a los precios.

Cuando termine de pelar a esos clientes tendrá que pagar un carro para regresar a casa (no menos de 200 pesos), habrá comprado una merienda o almuerzo que tampoco costará menos de 300 pesos y si compra algo para la casa, las ganancias del día también se vieron reducidas. ¿Así quién podría culpar a los barberos o las peluqueras por sus precios?

La alternativa existe: comprar una maquinita y pelarse en casa como hacen algunas personas cercanas a este medio. Pero ellos, a diferencia de los tres jóvenes de la cola, rapan la cabeza o se pelan al uno, cosas que no requieren de conocimientos ni productos, sólo de algo de tiempo y un espejo en el mejor de los casos, así que no hay comparación.

Las mujeres lo tienen más difícil. Siempre pagaron más pero ahora la diferencia es más notable, con cortes y tratamientos que pasan de los 50 mlc. Los cortes más sencillos están en el orden de los 500 a mil pesos.

El fenómeno del alza de precios en el sector es reflejo de una disparidad económica cada vez más evidente en la isla y llega a excluir a una parte significativa de la sociedad que simplemente no puede pagar por los servicios. ¿Cómo se espera que la población acceda a servicios de cuidado personal y de belleza si los precios superan los salarios estatales?

¿Será que además de apagones y dificultades para poner comida en la mesa también habrá que andar por las calles desaliñados? Dicen por ahí que hasta la belleza cansa, en el caso de Cuba, hasta la belleza cuesta, y bastante.