Fotos: La Nación
Texto: Jorge Suñol
La noche del 21 de diciembre fue distinta. Los dos planetas más grandes del sistema solar, se acercaron más de lo que han estado desde la Edad Media, lo que coincidió justo a tiempo para la Navidad, de ahí que se maneje este fenómeno como la “Estrella de Navidad”.
Aclaramos, esta conjunción no es que sea una estrella real, pero los dos planetas ofrecen un brillante resplandor en el cielo nocturno. Según la NASA el hecho de que este acercamiento ocurra durante el solsticio de invierno es pura coincidencia.
Resulta raro que ocurran estas alineaciones entre dos planetas, pasa aproximadamente cada 20 años. Pero lo del 2020 es excepcional, debido a lo cerca que se verán ambos astros. Varios expertos señalan como antecedentes el amanecer del 4 de marzo de 1226, fecha en que sucedió algo similar. Mucho tiempo, verdad.
Henry Throop, astrónomo de la División de Ciencias Planetarias en la Sede de la NASA en Washington comentó al respecto: “Puedes imaginar el sistema solar como una pista de carreras, con cada uno de los planetas como un corredor en su propio carril y la Tierra hacia el centro del estadio”.
Estás a tiempo si no has visto nada. Hasta el 25 de diciembre los planetas estarán aún más cerca. Busca la conjunción Júpiter-Saturno en el cielo occidental, aproximadamente durante una hora después del atardecer. Expertos declaran que las mejores condiciones para ver este evento incluyen un horizonte claro al suroeste y sin nubes bajas en la distancia.
Este momento ha traído una especulación sobre si podría ser el mismo evento astronómico que la Biblia recoge, el cual llevó a los Reyes Magos a José, María y el recién nacido Jesús: la estrella de Belén. Aunque la teoría no es nueva, propuesta a principios del siglo XVII por Johannes Kepler, un astrónomo y matemático alemán, viene a desatar interés por el relato bíblico. El fenómeno no volverá a ocurrir hasta el 15 de marzo de 2080, y luego en 2400.