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«¿Qué va a hacer, vender sus órganos?» ironiza el humorista cubano Rigoberto Ferrera

Foto collage: Facebook de los artistas

Texto: Hugo León

Rigoberto Ferrera, uno de los humoristas cubanos con un enfoque agudo y perspicaz de las situaciones de la vida cotidiana en la isla, compartirá escenario próximamente con otro de los grandes cómicos de la nación: Osvaldo Doimeadiós, en el icónico Centro Cultural Bertolt Brecht de esta capital.

“Transformers” es el nombre del espectáculo, y desde sus redes sociales el propio Ferrera ha aprovechado en estos días para invitar a todos a la vez que, como de costumbre, toma elementos simples de todo lo que le pasa al cubano para convertirlos en comedia y reflexión.

Bastó una esquina de La Habana Vieja con una señalización de detenerse para que Ferrera pusiera a sus seguidores a pensar. “Pare ya mi amigo, pare ya… te lo digo sin que me quede nada por dentro”.

Vaya, sin que me quede nada por dentro…

Seguidamente, pregunta “¿oiga mi amigo qué va a hacer, vender sus órganos?”. A lo que él mismo se responde: “bueno como está la cosa, ya yo estoy… vaya sin que me quede nada por dentro”.

El juego de palabras es una de sus especialidades y en esta ocasión parece que detrás de las frases hay una mirada a cómo se está viviendo en el país actualmente, en medio de una prolongada crisis que ha traído escasez en múltiples ámbitos y productos, y hasta moralidad.

No queda claro si el “sin que me quede nada por dentro”, alude a que ya no le queda nada que vender para seguir subsistiendo o si se refiere simplemente a que cuando pide que paren ya lo hace desde la sinceridad total y sin que quede otra cosa por pedir.

Queda claro que el humor es una herramienta única para la crítica social y para reflexionar sobre el entorno. 

Sea a través de la sátira, la ironía, la exageración o los juegos de palabras con más de un sentido, los artistas cubanos de ese género son maestros en poner el dedo en las llagas que aquejan a la sociedad y a la vez hacer reír a su audiencia con los problemas que tenemos o con los que nos buscamos.

En el caso de Rigoberto Ferrera y de Osvaldo Doimeadiós se trata además de dos artistas que ni necesitan ni han optado por refugiarse en la vulgaridad para hacer reír y que prefieren el humor inteligente para transmitir su mensaje.

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