Foto: RRSS
Texto: Hugo León
Rigoberto Ferrera, uno de los más famosos humoristas cubanos de las últimas décadas, denunció en las redes sociales que el Gobierno de La Habana retiró el transformador del Café Teatro Bertolt Brecht y dejó la instalación sin electricidad.
La decisión del gobierno provincial afectará al menos temporalmente la cartelera del sitio, que incluía una función del propio Ferrera para este sábado, en la cual también iba a participar otro grande del humor cubano: Osvaldo Doimeadios.
Según Ferrera, las autoridades explicaron que dejaban al teatro sin servicio eléctrico porque una comunidad necesitaba el transformador.
“El gobierno de La Habana se llevó el transformador y nos dejó sin luz”, escribió el artista. De acuerdo con el humorista, esto se asemeja a la popular frase “desnudar a un santo para vestir a otro”.
En Facebook, Rigoberto Ferrera señaló que además de la suspensión de su espectáculo, se afectarán las obras de teatro que estaban programadas para el fin de semana en la cartelera del centro.
“¿Le importa la cultura al gobierno de La Habana? Creo que la respuesta es obvia, expresó.
Además, Ferrera cuestionó: “¿Tendremos en algún momento un ápice de respeto por parte de las autoridades «competentes»? Creo que la respuesta sigue siendo la que todos sabemos”.
Otra pregunta incisiva del artista cuestiona si el humor es realmente importante para la cultura nacional o solamente algo incómodo para las autoridades. “Cada día que pasa destruyen con total impunidad la pasión y las ganas de toda una generación de artistas”, lamentó Ferrera.
Más adelante en el texto, el humorista agradeció la fidelidad al público que estaba deseoso de verlos en la función.
Quizás mis dos fallos siempre han sido denunciar lo mal hecho y no ser un lamebotas. Dijo Ferrera, quien aseguro a todos sus amigos que seguirá dando funciones “aunque sea con una vela en una cueva”.
La publicación de Ferrera fue seguida por otros artistas como el joven músico Jotabarrioz, quien indicó que no sólo se dejaba sin electricidad a artistas necesarios como los comediantes y actores, sino también a una generación de músicos con propuestas valiosas que nada más tienen como espacio del teatro afectado.
