Texto: Alejandro Varela
El momento que todos los amantes del béisbol cubano llevaban esperando en los últimos años ha llegado. Era cuestión de tiempo que el récord de más jugadores antillanos en una temporada de Grandes Ligas se rompiera, a partir de la calidad mostrada por los peloteros de la isla en los años recientes y la cada vez más amplia cantidad de prospectos en el sistema de Ligas Menores.
El 3 de agosto de 2022 es el día señalado para que la añeja marca de 1967 quede atrás. En ese año 30 beisbolistas nacidos en la Mayor de las Antillas vieron acción al más alto nivel. Un hito que se mantuvo inalcanzable por 49 años, hasta que en 2016 la nueva oleada de talentos que trajo la última década hizo posible que se igualara la marca.
En las campañas posteriores se coqueteó nuevamente con la treintena, demostrando la ya asegurada calidad de los peloteros cubanos, e incluso en 2019 la cifra volvió a conseguirse.
Y este martes se logró nuevamente cuando Yusniel Díaz se tomó un ponche en su debut con los Orioles de Baltimore.
Después de varias semanas con la cantidad cubanos varada en 29, el habanero Díaz recibió el llamado de la franquicia de Maryland el lunes, por lo que solo había que esperar un poco más para que la plusmarca fuera alcanzada otra vez, pero antes de que sucediera llegó otra excelente noticia: Miguel Vargas también fue convocado por los Dodgers.
En la noche de este martes, mientras Díaz pisaba por primera vez un terreno MLB, Miggy, el hijo del mítico Lázaro Vargas, volaba rumbo a San Francisco para su posible debut este miércoles con su nombre entrando a los libros como el cubano número 31.
No obstante, los Cincinnati Reds atentaron contra ese plan al anunciar por su cuenta la promoción de Jose Barrero, también para su posible debut en la temporada hoy en Miami.
Locura total, porque el récord de 30 ya no será roto, sino destrozado en cuestión de horas. Ahora la pregunta es quién lo hará, si Vargas o Barrero.
En el caso del hijo de Lázaro, la promoción resulta un premio a su extraordinaria campaña en Triple A con los Oklahoma City Dodgers, donde incluso fue convocado al Future Stars Game.
El simple hecho de haber sido llamado por Los Angeles habla a las claras de la calidad de Vargas, porque si hay un equipo con una nómina de lujo es la de los Dodgers, uno de los grandes candidatos a discutir la Serie Mundial.
La realidad de Barrero es diferente y la decisión de subirlo apunta más a ser una movida táctica de la dirección de su franquicia, que por sus estadísticas.
El también hijo de otro industrialista del pasado, José “El Fino” García, debutó en la MLB en 2020, pero apenas ha disputado 45 partidos en dos años y las lesiones no lo han dejado lucir todo su potencial en las paradas cortas.
Este año se perdió entrenamiento primaveral por molestias y no hizo el grado al Día Inaugural de la temporada en abril, aunque desde mayo fue asignado a Triple A para su puesta a tope.
Sus números ofensivos hasta el momento no son nada del otro mundo, y apenas batea para 209, pero su fuerte siempre ha sido la defensa y los Reds aspiran a verlo como shortstop titular del plantel algún día.
Tanto Miguel Vargas como José Barrero tienen todas las papeletas para ver acción este miércoles en MLB. No importa el orden que lo hagan, la realidad es que ambos se unirán en una misma jornada para dejar plasmado otro hito del béisbol cubano en Grandes Ligas. A partir de ahora, la barrera quedará en 32 y ¿quién sabe? puede cambiar otra vez este mismo año.
