Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Foto: Cuba Noticias 360
Es un problema que afecta a los cubanos hace meses. La crisis de efectivo se hace latente en un país que aún no tiene las condiciones necesarias para digitalizar todas sus operaciones y, por si fuera poco, impone multas a negocios que no acepten transferencias bancarias a través de las distintas pasarelas de pago, como parte del proceso de bancarización que promueve el gobierno.
La situación es tan alarmante que, por ejemplo, el Banco de Crédito y Comercio de la provincia de Sancti Spíritus decidió no abastecer los cajeros automáticos de la sucursal cabecera por la baja disponibilidad de efectivo, una medida que, aseguran fuentes directas a la entidad, se extenderá al resto de los municipios de dicha localidad central.
El propio Luis Francisco Castro Díaz, gestor de negocios de BANDEC en el territorio, informó en una emisora local que para quienes pretendan extraer dinero de su tarjeta magnética tendrán que acudir al servicio de caja dentro de la propia sucursal y podrán retirar hasta 5.000 pesos.
Dijo, en este sentido: “Tal vez hoy son 5.000 porque es la disponibilidad que tenemos para poder abastecer a la mayor cantidad de clientes posibles, pero a lo mejor mañana tenemos mayor disponibilidad de efectivo y podemos dar más”.
Sobre este contexto, dejó claro: “Es realmente alarmante, y no hacemos nada con seguir imprimiendo dinero cuando no hay un respaldo en bienes y servicios”, para culpar, como de costumbre, al bloqueo estadounidense por la falta de divisas en el país.
Habló, además, de las limitaciones en el proceso de impresión, desde el papel, los pigmentos, y las propias maquinarias que hacen el dinero, las cuales hay que importarlas.
Aunque desde agosto pasado se impulse un proceso de “bancarización” para promover el pago electrónico, el Banco Central de Cuba (BCC) declaró que, al cierre del 2023, el 30% de las transacciones aún se realizaban en efectivo.
El uso del efectivo sigue siendo predominante en las transacciones internas y, de acuerdo con el informe anual del BCC, persiste la resistencia de los proveedores de bienes y servicios a aceptar pagos por medios electrónicos así como deficiencias en las medidas organizativas y de control por parte de los reguladores y los actores económicos.
