Texto: Raul del Pino
Kansas City Chiefs y Philadelphia Eagles protagonizarán este domingo sobre la grama del State Farm Stadium, en la ciudad de Glendale, el Super Bowl LVII de la National Footbal League (NFL) de Estados Unidos, o lo que es lo mismo: la gran final del campeonato profesional del también conocido como fútbol americano en el resto de planeta.
Más de 200 millones de espectadores se esperan frente al televisor solo en territorio norteamericano. Pero no nos engañemos, la enorme teleaudiencia que arrastra el evento mediático del año en ese país no se debe simplemente a la competición deportiva.
El show del medio tiempo muchas veces es más esperado que el propio partido y las estrellas de la música que ahí se presentan asumen la invitación como uno de los momentos cumbres de sus carreras. Solamente el año pasado, el SoFi Stadium de California vivió uno de los espectáculos más aclamados de la historia, cuando se unieron para rendir homenaje al hip hop figuras de la talla de Dr. Dre, Snopp Dogg, Eminem, 50 Cent, Mary J. Blige y Kendric Lamar.
Pues este 12 de febrero el entretenimiento estará 100 por ciento garantizado, tanto desde lo deportivo como lo artístico. Chiefs y Kansas llegan al duelo por el trofeo “Vince Lombardi” como los mejores equipos de sus confederaciones, y no solo por los resultados, sino por sus nóminas y forma de jugar.
De un lado y otro, dos mariscales de campo estrella moverán los hilos de sus respectivas orquestas. Jalen Hurts lideró a Philadelphia a la mejor marca de la temporada (14-3), mientras Patrick Mahones va rumbo a ganar el segundo MVP de su carrera con solo 27 años. Veremos un choque de abundante ofensiva. Diversión y espectáculo garantizado.
Sin embargo, a la mitad del juego es donde ocurrirá el pico de audiencia, cuando Rihanna aparezca entre humo y fuegos artificiales. La talentosa cantante y compositora se presentará en vivo por primera vez en seis años y no pudo escoger mejor escenario que la vitrina que representa la Super Bowl, un momento que en esta ocasión estará auspiciado por Apple Music, que sustituirá a la habitual Pepsi.
El marketing y la publicidad son los otros protagonistas de la jornada. Cada año las diferentes compañías pagan más dinero por insertar un comercial y el 2022 subió la varilla hasta los 6.5 millones por solo 30 segundos de promoción en pantalla. Para este año la cifra puede rondar los siete millones y se prevé que la empresa cervecera Anheuser Busch sea la que más billetes ponga sobre la mesa.
Si bien las finales de la Champions o del Mundial de fútbol todavía lideran en cuanto audiencia global, la vida en Estados Unidos se paraliza cada vez que llega este domingo de febrero, y poco a poco, el planeta lo hace igual, ante la cada vez más grande fanaticada de este deporte.
No por gusto, las entradas más baratas de este año sobrepasan los 5 mil dólares y las más caras ya superaron los 40 mil. Toda una locura, aunque bien merecido para el último Super Bowl de la era Tom Brady.
