Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Aunque pareciera sacado del clásico literario La isla del Tesoro, dada su historia colonial, Cuba cuenta en la actualidad con varios tesoros submarinos de barcos hundidos por la piratería en los siglos fundacionales de la nación.
Según estadísticas, en las aguas territoriales de la isla caribeña habrían cerca de 400 galeones españoles hundidos. Durante varios años son muchos los investigadores y arqueólogos submarinistas que se han acercado a labores de búsqueda y rescates de estos pecios.
Hace ya casi una década, en Pinar del Río, en un barco hundido en la costa norte de la occidental de la provincia fueron encontrados lingotes de oro y otros objetos. El valor de un astrolabio sacado de ese galeón fue de US$100 000, mientras que una sola de las cadenas de oro resultó valuada en US$1 millón.
En el 2019, empresas como Visa Gold Explorations y Geomar S.A. de Cuba, iniciaron la búsqueda de un enorme tesoro escondido frente a la bahía de La Habana, en el fondo del mar. La búsqueda estaba encaminada al barco Nuestra Señora de Atocha y San José, que se hundió en 1642 cuando transportaba a España parte de las riquezas de las colonias.
Las diferentes exploraciones convierten a Cuba en el territorio del continente con más tesoros identificados. La cifra de pecios fichados asciende a 249, seguido de la costa atlántica de Estados Unidos con 153, área que incluye las famosas islas de los piratas, y la Antigua.
El rescate de estos tesoros submarinos suele ser una actividad compleja, que, si bien ha avanzado mucho con la tecnología, lleva de tiempo y paciencia, además de los tratados necesarios a la hora de dividir las ganancias de los tesoros encontrados.
A lo largo de todo el país existen algunos de estos naufragios documentados, que flotan como leyendas en el conocimiento de los habitantes de las zonas. Uno de estos se ubica en Camagüey donde en 1635 tres barcos encallaron tras la lucha contra los corsarios.
Otro de los más documentados está en la bahía matancera. Este se refiere a la carga que lanzó por la borda el general español Juan de Benavides para que no fuera robada por los piratas holandeses liderados por Piet Hein. No obstante, este gesto del militar español, el corsario holandés si logró sustraerle 14 barcos, por los cuales al regresar a su país de origen fue declarado como héroe nacional.
