Foto: Reuters
Texto: Alejandro Varela
En su primera comparecencia pública luego de abandonar la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump no quedó a deber y lanzó un buen número de joyitas para dejar claro que nada ha cambiado en su forma de pensar.
El expresidente republicano se refirió a varios temas que definieron sus cuatro años en la Casa Blanca (2017-2021), e incluso insinuó que podría volver a postularse dentro de cuatro años. Entre sus declaraciones, aprovechó para atacar a la comunidad transgénero y lanzar un dardo a la nueva administración demócrata, al alegar que sus políticas estaban arruinando los deportes femeninos.
«Las niñas y las mujeres están indignadas de tener que competir con individuos que nacieron biológicamente como hombres», expresó el político en la reunión de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC por sus siglas en inglés), que tuvo lugar este domingo en la ciudad de Orlando.
Con su habitual extravagancia a la hora de hablar, el presidente 45 de la Unión americana apuntó contundentemente que si ese asunto esto no se aborda, «terminará con los deportes femeninos tal y como los conocemos».
En esa misma línea, se mostró prácticamente ofendido por los cambios introducidos por su sucesor, como anular la prohibición de que personas transgénero sirvan en las Fuerzas Armadas, una política implementada por él durante sus días en Washington.
Biden desde el mismo comienzo de su gobierno se ha movido en dirección diametralmente opuesta a la de Trump. Una de sus acciones más sonadas fue la de nombrar a la doctora transgénero Rachel Levine como vicesecretaria de Salud y Servicios Humanos.
De esta forma, la pediatra de 63 años se convirtió en la primera funcionaria federal abiertamente con esa identidad de género en Estados Unidos, una designación que ha causado conmoción entre los sectores más conservadores de la sociedad norteamericana.
