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11 de julio: dos años y 598 discursos después

Foto: Roy Leyra | CN360

Texto: Hugo León

Nunca se vio tanto pueblo en las calles de La Habana como hace dos años, cuando las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021 se abrieron paso en todas las arterias y municipios capitalinos y también en el resto del país, hasta que fueron duramente dispersadas un día después. 

Desde entonces, los dos 11 de julio transcurridos pasan en Cuba con una tranquilidad casi sobrecogedora y tanto el gobierno como opositores se empeñan en hablar de lo ocurrido. Los primeros, para deslegitimar, los segundos, para ensalzarlo como el camino a seguir.

La verdad, en opinión de muchos, es que todavía no se ha entendido del todo lo que pasó ahí ni lo que ha ocurrido desde entonces.

Para sociólogos y prestigiosos comunicadores cubanos, el 11J sacó lo mejor y también lo peor del país. Lo mejor porque demostró que la Patria aún le quita el sueño a los cubanos -afirma el estudioso Salvador Salazar- y lo peor porque las protestas activaron una maquinaria de represión y destierro que aún no se detiene.

Si hubiera que mencionar alguna que otra realidad palpable sobre el 11J es que los cubanos siguen tan divididos o más que antes de ese día y que por primera vez en décadas el gobierno tuvo que enfrentar al pueblo, aunque en teoría se debe a él.

También se podría decir que desde el 11 de julio del 2021 el cuartico está igualito, tirando para peor.

Julio: ¿el mes de la rebeldía nacional?

Hace unos 60 años el gobierno cubano celebra en julio el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, hecho cumbre de la generación fidelista que dio inicio a la última etapa revolucionaria durante la República, y ahora, hace dos años, miles de cubanos en la isla celebran también el grito de “libertad” del 11 de julio de 2021, escuchado en toda Cuba en las protestas antigubernamentales más grandes desde 1959.

Con lo anterior, si para algunos el 26 de julio es el “Día de la rebeldía nacional”, para otros esa categoría corresponde al 11, una fecha ya más de pueblo que la primera y más cercana en el tiempo.

Fallidas las dos acciones, -sí, porque el ataque al Moncada fue un fiasco y las protestas del 2021 dejaron más encarcelados que beneficios y un presidente ordenando a las tropas salir a las calles a combatir al pueblo-, habría que preguntarse si la misma ruptura que hizo a algunos tomar las armas en el 53 fue la que hizo a millones de cubanos salir a las avenidas a protestar hace dos años.

Cuando en su autodefensa conocida como “La historia me absolverá” Fidel se defendió de las acusaciones por el ataque al Moncada, definió con claridad absoluta su concepto de pueblo y la necesidad de su participación en el proceso de cambios que avizoraba: “entendemos por pueblo la gran masa irredenta, la que anhela una Patria mejor, más digna y más justa; la que ansía grandes y sabias transformaciones en todos los órdenes, y está dispuesta a dar cuando crea suficiente de si misma, hasta la última gota de sangre”.

¿Acaso no se parece en algo ese discurso al pueblo que salió a las calles el 11J pidiendo comida, libertad y el cese de los apagones? La diferencia está en que el 11J no hubo un cabecilla y nadie responsabilizó a Fidel de las manifestaciones, como hizo anteriormente el barbudo con Martí, al decir que era “el único autor intelectual del asalto al Moncada”.

La otra diferencia está en que el 11 de julio del 2021 no fue algo organizado sino más bien caótico y sin proyección más allá de la salida a las calles. Eso fue, a la vez que su debilidad, el mejor ejemplo de que fue básicamente un acontecimiento de carácter popular.

598 discursos después y una orden de combate que sigue dada

Pasados dos años, a nadie se le ocurriría decir que en Cuba se vive mejor. El país padece de una tasa de inflación insoportable, precios descontrolados, criminalidad desatada, cada vez menos y peores servicios y problemas incluso para llevar un comida a diario a la mesa.

Semana tras semana las máximas autoridades del país dan a conocer leyes, medidas, decretos y pronuncian discursos que si bien reconocen la gravedad de la situación, poco han resuelto.

Si el 11J fue una exhibición de fuerza del gobierno y a la vez una muestra de la debilidad de lo que representa, los dos años transcurridos desde entonces le han enseñado al mismo gobierno y al pueblo que siguen haciendo falta las mismas transformaciones y mejoras que la gente salió a pedir a viva voz ese día en toda Cuba.

Por otro lado, conforme se acumulan los discursos lo hacen también las protestas y los actos de descontento en el país. Cuba, que hasta el 11 de julio del 2021 poco sabía de lo que era salir a la calle o alzar la voz, ahora reporta cacerolazos y protestas en cada provincia por disímiles motivos, relacionados todos con la difícil situación que se vive en el país, así como cortes de Internet masivos ordenados por el gobierno.

El gobierno no se ha quedado atrás. Desde el 11J hasta la fecha han pisado la cárcel por motivos políticos más de mil 800 cubanos, según fuentes independientes y Organizaciones No Gubernamentales. Hasta en Caimanera, donde según el Estado apenas 3 borrachos estaban haciendo escándalo, fueron arrestados y llevados a juicio casi una decena de personas que participaron en lo que ya se sabe que fue una protesta.

Y si Cuba está supuestamente peor ¿por qué no hay otro 11J?

Los planazos, la prisión y la dura reacción del Estado demorarán años en olvidarse, si es que alguna vez se olvidan. Ahora el pueblo sabe lo que enfrenta si vuelve a salir a protestar, y ese mismo miedo lo deja en casa, aunque en teoría la Constitución le permita la libertad de salir a la calle a decir lo que piensa.

La gente simplemente ha preferido escapar. Así lo han hecho cientos de miles de cubanos por la frontera de Estados Unidos con México, a través de Serbia camino a Europa, o utilizando becas y lazos sanguíneos para llegar a España. 

De Cuba han salido en los últimos dos años una buena parte de los influencers y personas que criticaban abiertamente al gobierno y la gente cuando sale a la calle, es a hacer colas para llevar algo de comer a casa. ¿Así qué 11J va a haber?

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